“Ya nadie se salva de la ola de sicariatos que vive nuestro cantón. Ni el estado de excepción se respeta, pedimos intervención militar urgente en Naranjal”. Ayer ese era el grito generalizado de los amigos de Óscar Omar Balarezo Yagual, asesinado a balazos la noche del 25 de marzo en este cantón de Guayas.

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Los ‘panas’ pedían justicia en los bajos de la Fiscalía de Naranjal en favor de la víctima, de 45 años, a quien sus amigos llamaban Sapo Negro y se movilizaba en silla de ruedas.

El ataque se dio a las 21:00 del lunes 25 de marzo, cuando Óscar era bajado de un vehículo que estaba parqueado en los exteriores de un conjunto habitacional del centro-sur de Naranjal. Desconocidos lo sorprendieron y sin piedad alguna le descargaron tres disparos en la cabeza, tórax y brazos.

La víctima quedó sin vida en su silla de ruedas, ante la mirada atónita de quien lo desembarcaba. Agentes de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased), hasta el mediodía de este martes, indagaban en qué fugaron los asesinos, si en motocicletas o vehículos, ya que al parecer desde temprano le seguían los pasos.

“Hace más de cinco años le dispararon y nuestro amigo quedó sin movilidad en las piernas. Aparentemente no tenía problemas con nadie y era una muy buena persona, siempre nos daba buenos consejos. No sabemos por qué lo mataron”, comentó Elvis, conocido del fallecido.

Los familiares de la víctima, ante el dolor que los embargaba, evitaron dar declaraciones a los medios de comunicación.

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