Niños argentinos descubren que sus papás son espías rusos: "Ya no son campeones con Messi"
Pareja que fingía ser argentina fue devuelta a Rusia. La gente los goza, pues los niños ya no serían representados por la selección gaucha

Momento en que Putin recibió con flores a la familia de padres espías.
Dos nenes argentinos, de 8 y 10 años, conocieron este jueves al presidente de Rusia Vladimir Putin. “Buenas noches”, saludó el mandatario a los niños. Ellos no sabían quién ‘rayos’ los recibía en Moscú, pero poco les importó. Unas horas antes de aquel encuentro, acababan de descubrir el ‘notición’ de que eran hijos de dos espías rusos.
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Toda esta película ocurrió en el marco de un intercambio masivo de prisioneros entre Rusia y Occidente. Los padres de los niños, María Rosa Mayer y Ludwig Gish, habían sido detenidos en Eslovenia en 2022, país al que se habían mudado en 2017. Antes, habían establecido su hogar en Buenos Aires, Argentina, entre 2012 y 2017.
Fueron ‘encanados’ en Eslovenia después de que se confirmara que la pareja usaba identidades falsas y que, en realidad, eran rusos y no argentinos. Los niños, los más afectados, fueron trasladados a un hogar de acogida temporal mientras sus padres cumplían su condena.
El 1 de agosto marcó un momento devastador para los niños, quienes descubrieron que su vida había sido una ilusión. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, reveló que los jóvenes ni siquiera hablaban ruso ni sabían que estaban vinculados con la ‘Madre Rusia’.
En internet, un lugar que no perdona, la ‘pípol’ no perdió la oportunidad para hacer bromas al respecto. “Messi ya no los representa y no son campeones del mundo ni de América. El verdadero trauma”, bromeaba el usuario @therealbuni.
En total, el presidente ruso recibió esa noche personalmente a los ocho presos liberados en lo que se llamó el mayor canje con Occidente desde la Guerra Fría.
Lo que pudo ser una tragedia terminó en un susto de película. En Ibiza, España, una mujer al volante de un auto rojo vivió momentos de terror cuando, al intentar dar marcha atrás, su vehículo quedó suspendido en el tercer piso de un edificio con medio cuerpo afuera.
El incidente, que dejó atónitos a los vecinos y transeúntes, ocurrió en un estacionamiento de la avenida de Ignasi Wallis.
Según relató su familia a los medios locales, la conductora, de 49 años y con apenas unos días de haber obtenido su licencia, intentó evitar una colisión con otro vehículo y, en un desafortunado giro del volante, su auto rompió las paredes que tenía detrás.

La imagen se volvió viral en las redes sociales. Las autoridades locales tuvieron que cortar uno de los carriles de la avenida para llevar a cabo las labores de rescate y garantizar la seguridad de todos.
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