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"Los niños no se tocan": el mensaje junto al cadáver de un secuestrador en Guayaquil
La madre de niño desaparecido agradeció a las personas que colaboraron en su búsqueda y le daban palabras de aliento
Cuarenta y ocho horas después, el alma volvió al cuerpo de Ángela. El menor de sus 4 hijos fue devuelto a sus brazos. El bebé de 10 meses de edad fue secuestrado por tres sujetos cuando se movilizaban en una tricimoto.
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El rapto ocurrió la mañana del miércoles, en la cooperativa Guayas y Quil, en el Guasmo sur de Guayaquil. La noche del jueves, uno de los sospechosos, Javier Andrés Morán Delgado, apareció asesinado y dentro de fundas plásticas y sacos de yute.
El hallazgo del cadáver ocurrió a escasas cuadras de donde se produjo el secuestro del niño. Junto al cuerpo se halló un panfleto con la siguiente advertencia: “Con los niños de Dios ni se venden, ni se tocan. Muerte a secuestrados de niños”.
El cuerpo de uno de los presuntos responsables del secuestro fue abandonado por dos sujetos que llegaron en una tricimoto.
La señora, de 27 años, afirmó que desconoce las razones que tuvieron los delincuentes para raptar a su hijito, pero el día en que se lo arrancaron de sus brazos uno de los secuestradores le dijo que debía pedirle perdón a una persona con la que tuve problemas.
“Estoy agradecida con Dios, con la Policía y todas las personas que se preocuparon, nunca perdí la esperanza de encontrar a mi niño. Mi hijo es sietemesino, que haya nacido bien ya era un milagro, y que me lo devuelvan es otro milagro”, sostuvo la guayaquileña, mientras abrazaba a su pequeñito.
Omar Arequipa, distrito Sur
El niño fue encontrado junto al parque Stella Maris, cerca de la avenida Domingo Comín. El cochecito donde permanecía el bebito era empujado por una persona, quien al percatarse de la presencia de los policías salió corriendo.
El teniente coronel Omar Arequipa, jefe del distrito Sur, informó que tras la desaparición del menor, la Policía verificó que un vehículo y una tricimoto participaron en el secuestro.
Una fuente policial reveló que el padre del niño habría recibido una llamada desde la cárcel, donde le indicaban que tenían a su hijo. Le pedían dinero.
“Una persona llegó al hospital del Guasmo aduciendo que le habían robado la tricimoto y que habría sufrido golpes y maltrato, pero los investigadores cotejaron que había contradicciones en sus versiones, al parecer, es el mismo hombre que apareció muerto y en fundas plásticas”, explicó.
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