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De la calle a un escenario en Bélgica
Una fundación interviene en estos casos, así como el Municipio, pero esta es una realidad que persiste.
El chico tiene quince años, llega, saluda a sus amigos chocando la mano, bromea y enseguida sus maestros les dan indicaciones para calentar la voz.
“Hay un niño en la calle pidiendo caridad, con sonrisa mojigata muestra su sinceridad”, rapea Danny frente al micrófono.
Sonríe y siente las vibraciones del piano que lo acompaña, mientras canta hace ademanes como si estuviera tocando una guitarra. Ese es su sueño ahora.
Como otros 180 muchachos del Proyecto de Erradicación del Trabajo Infantil a través de la Música, Danny trabajó en las calles para ayudar con los gastos de su casa.
Su día empezaba temprano, iba a la escuela, preparaba los alimentos para sus hermanos, hacía sus tareas y salía a trabajar como cuidador de carros o cargando cosas hasta las 20:00 aproximadamente.
“Ahora solo me preocupo de estudiar y venir a los ensayos”, dice emocionado.
Desde que llegó al proyecto la perspectiva de la vida cambió totalmente, pues en lugar de ir a trabajar hace sus deberes y practica el canto o la guitarra.
La Fundación Onozone hace intervenciones integrales con los chicos, acompañamientos escolares y trabaja con los padres. En el caso de Danny, su madre logró tener un trabajo estable como ayudante de cocina. “Antes mi mamá solo hacía chauchas en casas o en lo que salga”, comenta el joven.
Cuenta que le dolió dejar de trabajar, pues implicaba que lo que aportaba en casa ya no exista, pero “ahora tiene clara la idea de que los niños no deben trabajar”.
El proceso
Según María Augusta Abad, directora del proyecto, la intervención inicia ‘in situ’, los trabajadores sociales de la fundación identifican a los chicos en barrios urbano-marginales de Quito.
En este momento, según María, están incluidos los barrios del Comité del Pueblo, Lucha de los Pobres, Cochapamba, Osorio, Atucucho, La Pulida y San Vicente.
También refiere que en este proceso se contempla el abordaje en calle y la visita a la familia completa de los chicos.
“Con el arte hacemos una desprogramación de pobreza y desigualdad”, dice la directora. Dentro de los ensayos y clases de diferentes instrumentos musicales y canto se trabaja además en la identidad y seguridad de los integrantes, pues el trabajo en la calle les hace crecer en un ambiente de riesgo.
Aclara, además, que no se busca niños con habilidades musicales previas, sino que el objetivo es introducir a los pequeños en estas artes.
niños cantores del pueblo
De estos 180 muchachos hubo algunos con más habilidades y gusto por la música. Ellos, que sumaron 30 menores, conformaron un coro con el que han tenido varias presentaciones en la ciudad.
Los Niños Cantores del Pueblo ensayan todos los días con sus maestros, grabaron un disco con temas sobre el trabajo infantil y restitución de derechos.
Este coro calificó para participar en el Festival Mundial de las Juventudes en Bélgica, del 25 de abril al 2 de mayo de 2018.
En este festival se convocan 24 coros de todo el mundo, estos niños cantores además fueron seleccionados para realizar la apertura del evento.
Allí interpretarán un tema inédito de uno de los jóvenes, ‘Un betún, un corazón’, del que Danny es la voz principal.
El muchacho recuerda el día que se lo contó a su madre. “Ella se alegró mucho de que pueda conocer otro país”, dice, mientras sus ojos se le abren como cortinas al sol.
Está feliz, pero más se siente nervioso. “Cantar ante tanta gente”, “en una tierra diferente”.
Su familia está más estable y Danny siente el apoyo de sus profesores y de su madre para ser “un gran guitarrista”.
Una realidad que no acaba
Según datos proporcionados por el Patronato San José, el trabajo infantil es un fenómeno que sigue presente en Quito y son las zonas donde hay gran afluencia de personas y flujo vehicular donde se evidencia más este problema, como áreas comerciales y turísticas.
“Por ejemplo, encontramos trabajo infantil en la Administración Zonal La Mariscal, Eloy Alfaro, Centro Histórico y Centro Norte de Quito, actualmente se observa un incremento de trabajo infantil y mendicidad en los valles como Cumbayá y Tumbaco”, afirmó María Fernanda Pacheco, presidenta de esta unidad.
Los trabajos más usuales son ventas ambulantes, comercio informal, normalmente venden lo mismo que sus padres (caramelos, tabacos, comida, fruta), limpieza de parabrisas, cuidado de vehículos y betuneo.
Este último oficio se evidencia en las avenidas Orellana, Amazonas, y espacios como la Plaza Foch, Eloy Alfaro, Shyris, 10 de Agosto y en el Centro Histórico.
Las cifras
Según el seguimiento de esta entidad se ha identificado que desde enero de 2017 hasta marzo de 2018 existen en acompañamiento en ventas 464 niños y niñas; mientras que realizando actividades de trabajo infantil directamente son 300 niños y niñas.
Según Pacheco, el patronato realiza intervenciones en estos casos, que inician con el abordaje de un equipo de educadores de calle, que identifican casos de trabajo infantil y mediante la disuasión se les deriva a los proyectos de la Unidad para la Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil: Casa de la Niñez 1, Hogar de Paz, Guagua Quinde La Mariscal, Guagua Centro Mercado Mayorista, Guagua Centro El Arbolito o escuelas de fútbol.
“En estos proyectos se les proporciona: alimentación saludable, inclusión-reinclusión educativa, acompañamiento pedagógico, actividades lúdicas y recreativas, terapias individuales y familiares, valoraciones médicas, seguimiento a su desarrollo, entre otros”, afirmó la presidenta.
Los ciudadanos: ¿Cómo ayudar a la erradicación?
Lo más importante es no entregar dinero en la calle porque el círculo de explotación y pobreza aumenta.
Otra forma de contrarrestar este fenómeno es reportar o comunicar casos de trabajo infantil, acompañamiento en ventas ambulantes o mendicidad. Si identifica algún caso puede comunicarse al 2283915 o a www.patronatosanjose.quito.gob.ec, para que las unidades de abordaje acudan al lugar y logren un acercamiento con los niños y sus familias.
Desde el Patronato San José de Quito se promueve a los ciudadanos, instituciones educativas o empresas que canalicen otras iniciativas de apoyo como tutorías, becas académicas o inclusión laboral a los padres de familia.
Pilas con esto
¡Se necesitan fondos!
El viaje a Bélgica tiene un costo alto que la fundación desea enfrentar con la venta de un cd con varias canciones del coro. Puede colaborar adquiriéndolo al número 0983389494.
El valor es de 5 dólares.