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Diario Extra Ecuador

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Orugas en Guayaquil: ¿letales o inofensivas?

La variación de lluvia y calor en la ciudad de Guayaquil ha traído temperaturas propicias para la reproducción de las orugas. EXTRA te muestra los peligros de encontrarse a estos insectos.

Orugas de colores muy llamativos pueden convertirse en mariposas nocturnas conocidas como las polillas.

Orugas de colores muy llamativos pueden convertirse en mariposas nocturnas conocidas como las polillas.Valentina Encalada

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¿Te has encontrado con estos llamativos insectos en el jardín de tu hogar, parques o jardines? Se trata de orugas que aprovechan la vegetación para camuflarse, provocando que muchas veces no tengamos tiempo de reacción. EXTRA te cuenta por qué aparecen en esta época y qué hacer si te las topas.

Guayaquil alcanza el mayor verdor en su paisaje en la época invernal. La combinación de lluvia y el clima de la ciudad trae consigo a la fauna estacional: mosquitos, grillos... pero también orugas, quienes se aprovechan de la alta vegetación para alimentarse y reproducirse.

A decir del biólogo David Almeida, los colores de las orugas son una indicación hacia sus depredadores: “Los colores vivos dan una señal de advertencia de que puedan tener toxinas o ser venenosos”. Además comenta que si las orugas poseen pelos estos pueden generar picazón al contacto con la piel de los humanos, pero sin llegar a ser letales.

La clave radica en la sensibilidad de cada persona. “Sí hay complicaciones para las personas alérgicas. Depende de la sensibilidad y puede pasar de una irritación hasta inflamación del miembro afectado o fiebre”, agrega Almeida.

Sin embargo, encontrarse con estas especies por pocos meses al año es lo que genera el mayor desconocimiento a cómo enfrentarlas. La bióloga Mónica Soria, entomóloga del Jardín Botánico de Guayaquil dice que “afortunadamente ellas mismas tratan de evitar el peligro. Pero al desarrollarse en parques abandonados, jardines o lotes baldíos en la ciudad es más difícil”.

Soria, encargada de los proyectos lepidoptarios del Jardín Botánico, explica que es casi imposible identificar a qué clase pertenece cada tipo de orugas pero que larvas llamativas coloridamente pueden llegar a convertirse en mariposas: ”Grises de colores grises o café muy oscuro”.

“No hay una planta exacta de las que se alimenten pero se la ve donde hay plantas silvestres o malas hierbas” indica de sectores como Urdesa, Samanes o el barrio Centenario de Guayaquil. “En bosques o cerros prefieren otro tipo de plantas”, manifiesta la entomóloga Soria, cuya rama se encarga del estudio de estos insectos y 1.3 millones de especies más.

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