Eran cerca de las 09:30 de este 13 de octubre cuando Vanessa (nombre protegido) llegó a su oficina, ubicada en una plaza de Cumbayá, en el nororiente de Quito. Su padre la había ido a dejar y mientras ella ingresaba a su lugar de trabajo, dejó por unos segundos sus pertenencias en el asiento del copiloto.

Ella estaba abriendo las puertas de la oficina cuando una mujer se acercó al auto y empezó a distraer al padre de la joven con preguntas sobre la explosión ocurrida en la zona, el sábado 10 de octubre. Mientras el papá de Vanessa conversaba sobre el tema, un hombre abrió la puerta del vehículo e intentó llevarse la computadora y el bolso de la joven.

Cuando el padre se dio cuenta de lo que ocurría, el sospechoso soltó el botín y trató de alejarse del sitio. Los gritos de Vanessa atrajeron la mirada de las personas que había a su alrededor, incluso de dos policías que revisaban el lugar en el que ocurrió la explosión.

La pareja fue detenida por los uniformados y llevada hasta una dependencia policial en la que se continuaría con el proceso  legal contra ellos. Allí se reviso a los implicados. Ni la mujer, de tez blanca y con pecas, ni el hombre de contextura gruesa y con un tatuaje de un diamante en la mano, iban armados.

Aún así, vecinos de la zona ya los tenían identificado por otros robos en el sector. La Policía asegura que la modalidad del ‘despiste’ que se intentó aplicar al padre de Vanesa, no es nueva. Es muy común, especialmente en espacios comerciales. Por lo que recomienda a la gente estar atentos del entorno y no dejarse sorprender por extraños.