Santorini, la famosa isla griega en el mar Egeo, atraviesa una crisis sísmica sin precedentes, que ha obligado a la evacuación de alrededor de 11.000 personas, tanto residentes como turistas, en los últimos días. Desde hace casi dos semanas, la isla se encuentra en medio de una serie de terremotos que continúan sacudiendo la región, con magnitudes que han llegado hasta los 5 grados en la escala de Richter. 

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La actividad sísmica más reciente se produjo este miércoles, cuando se registraron más de 60 temblores, incluyendo dos de magnitud 4 y 4.3 durante la madrugada, que se sintieron en la zona marítima entre Santorini y Amorgos.

El miércoles, el puerto de Santorini se convirtió en un punto de concentración masivo, con cientos de personas intentando abordar ferris hacia Atenas para escapar de los temblores. En paralelo, el aeropuerto de la isla también estuvo abarrotado de viajeros que intentaban conseguir asientos en vuelos extraordinarios habilitados por dos aerolíneas griegas, lo que ocasionó largos atascos de tráfico en las principales vías de acceso.

El Gobierno griego ha reforzado su respuesta ante esta emergencia, movilizando equipos de rescate y de protección civil en Santorini, Ios, Amorgos y Anafi, islas vecinas del archipiélago de las Cícladas. Los bomberos y los perros de rescate están trabajando en la zona, mientras que los generadores de emergencia están listos en caso de que los temblores causen cortes de electricidad.

El primer ministro Kyriakos Mitsotakis, que ha pedido calma a la población, presidió una reunión de emergencia este miércoles en la sede de Protección Civil para evaluar la situación y tomar decisiones sobre nuevas medidas preventivas. Como parte de los esfuerzos para mitigar los riesgos, las escuelas de Santorini y las islas vecinas permanecerán cerradas hasta el viernes, y se ha prohibido el acceso a ciertos puertos y playas, además de la realización de trabajos de construcción en la isla.

¿Cuál es el futuro de Santorini?

Los expertos sismológicos tienen diferentes opiniones sobre el futuro de esta actividad sísmica. Mientras que algunos sugieren que la liberación de energía podría culminar con un terremoto más fuerte de magnitud 6, otros advierten que estos temblores podrían continuar durante semanas o incluso meses. Todos coinciden en que, aunque no se puede prever con certeza, un sismo de magnitud 7, similar al que ocurrió en 1956 y causó la muerte de 53 personas en Amorgos, no está fuera de las posibilidades. Además, existe la preocupación de que los dos grandes volcanes de la región, el de la caldera de Santorini y el submarino de Kolumbo, puedan reactivarse.

Este fenómeno sísmico ha dejado a Santorini en un estado de incertidumbre, lo que ha convertido a la isla, conocida por su belleza y popularidad turística, en una "isla fantasma", donde las alarmas siguen encendidas mientras los esfuerzos para garantizar la seguridad de los habitantes y visitantes continúan.

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