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A perro que mató a un niño de tres años en Quito, le aplicarán la eutanasia
El perro tipo pitbull tiene agresividad predatoria que ya no sería posible de rehabilitar, por lo que se le aplicaría la eutanasia. Fue víctima de mala tenencia
Aparentemente, la suerte de Zeus, un perro pitbull, está echada y será necesario aplicarle la eutanasia. Han pasado casi dos semanas desde que el canino ya no vive con sus dueños, luego de que atacara hasta la muerte a un infante de 3 años. El informe de su comportamiento no es nada alentador y es posible que lo ‘duerman’.
Así lo explicó Karina Guerrero, veterinaria etóloga del Centro de Atención Veterinaria, Rescate y Acogida Temporal (Cavrat), donde permanece. “Tiene una agresividad predatoria. Cuando un animalito ya mató a alguien, eso se queda en su cerebro”.
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Desde el 24 de junio ha estado en observación y en un lugar apartado de los demás canes que están en rehabilitación y recuperación. “Incluso los chicos auxiliares tienen que bajarle el plato con una soga por la agresividad”, agregó.
La experta en comportamiento animal aclaró que esto no se debe a la raza del perro, sino netamente a la mala tenencia de sus dueños, quienes también son los padres de la víctima. “En este tiempo le hemos hecho pruebas con personas, con otros perros y otros estímulos. Hemos confirmado su agresividad”.
Según la funcionaria, se han emitido dos informes que están a la espera de las firmas correspondientes. Aunque no se sabe la fecha de la eutanasia, pues el proceso judicial está en pie y Zeus sigue siendo un indicio. “Queremos presionar porque el animalito sufre en el encierro y tampoco es justo para él”.
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El ejemplar es parte del 3 % que no logra rehabilitarse en este centro del Municipio de Quito. “Aunque lo saquemos a caminar y tome ansiolíticos, en algún momento puede volver a atacar”, agregó la experta.
Sus dueños habían dicho que antes no tuvo comportamientos agresivos, pero según la crianza que tuvo eso no es muy creíble, pues no fue socializado, no lo sacaban a caminar y cuando lo retiraron estaba bajo de peso. “El detonante pudo ser la perra en celo que estaba en el mismo espacio reducido. Todos los perros no esterilizados se ponen más irritables”, finalizó.
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