Roberto Crespín, pescador artesanal de Data de Villamil, sale en compañía de tres tripulantes en su fibra (lancha) todos los días, a las cinco de la mañana. Todos llevan su almuerzo en tarrinas plásticas, que después de comer las arrojan al mar, igual que botellas y cucharas.

Esto lo hacen muchos pescadores artesanales que arrojan desechos después de alimentarse, porque su jornada es hasta las 18 horas en que regresan, justifica Sergio Tomalá, otro pescador.

En cambio, Víctor Tircio, tripulante de un barco pesquero de Posorja, reconoce que cuando se rompe una red la cortan junto a los cabos y dejan que las olas se la lleven. “Lo peor es que estas artes de pesca se enredan en las ballenas y tortugas, y las matan”, reconoce un capitán de barco que omitió su nombre.

Con el fin de limpiar en algo las aguas del mar de estos desechos, este domingo se desarrollará el ‘Primer Campeonato de pesca de basura y cabos sueltos’, que espera reunir a las cinco cooperativas de pescadores artesanales de Playas.

La meta, según los miembros del Colectivo Cabos, de la Universidad Casa Grande, organizadores del evento, es recolectar una tonelada y media de desechos.

Cada cooperativa debe inscribir en la competencia un doble equipo: unos saldrán al mar a pescar basura y otros se quedarán en tierra para limpiar alrededor de un kilómetro de playa. Los tres equipos que alcancen un mayor peso de basura recolectada recibirán premios ($ 700, $ 500, $ 300).

Diana Izquierdo, vocera del Colectivo Cabos, que estuvo en Playas, dijo a EXTRA que el objetivo no es buscar culpables, sino a personas que se unan a este proyecto.

Se apela a los pescadores artesanales “para que salgan al mar y que recuperen residuos en la playa, los que serían comprados por el colectivo Cabos, generando ingresos para ellos. La vía a Data de Villamil es una de las zonas con más tonelaje de basura”, precisa la vocera.

El colectivo estima que en unos 600 metros de perímetro en la vía a Data se pueden recoger entre 300 y 400 kilos de cabos de pesca, en un recorrido de más de dos horas. “Ese es el nivel de contaminación que existe en la zona”, puntualiza Izquierdo.