“Simón Zevallos, su cita en Plan Vacunar EC está agendada para el 23-03-2021, a las 17:55, en el Hospital Monte Sinaí, favor acudir 30 minutos antes”. Ese fue el mensaje de texto que recibió Mercedes Zevallos a las 06:00 del 23 de marzo pasado.

Su padre, Simón, de 89 años, fue inoculado en el centro de salud antes citado. El adulto mayor afirma que no hizo mucha cola, que lo atendieron rápidamente, que no le dolió el ‘pinchazo’, pero que igual debió quedarse unos 30 minutos en el sitio por si presentaba alguna descompensación en su salud.

Él y su esposa fueron inscritos en la web del plan de vacunación. Mercedes asume que a su madre no le comunican su fecha porque ella tiene 74 años.

“A mi papi le toca la segunda dosis el 13 de abril y no lo vacunaron rápido por ser de apellido Zevallos”, bromea su hija, recordando las acciones realizadas por el exministro de Salud Juan Carlos Zevallos, quien enfrenta un proceso por supuesto tráfico de influencias.

Los Macías Holguín llevan más de 62 años juntos. Son tan unidos que hoy ambos atraviesan un proceso gripal. Están a la espera de los resultados para saber si tienen o no el virus pandémico.

Roberto Macías tiene 85 años y Helena Holguín tiene 76. El primero suele ser ‘vivaracho’, pero estaba ‘apagadito’, debido a la fiebre de casi 39 y el malestar corporal. Su cónyuge estaba más ‘parada’, pero tiene tos y problemas estomacales. Ambos fueron inscritos por su hija en el plan de vacunación del Ministerio de Salud, pero a Roberto todavía no le mandan su mensaje asignándole el día de su inoculación.

A Helena le indigna el trato que el Gobierno les da a los adultos mayores. “Hay mucha insensibilidad. Me da un poco de temor porque nosotros somos hipertensos, yo tengo un marcapasos y tengo problemas renales y no sabemos qué reacción podamos tener ante la vacuna, pero yo me la juego”, indica Holguín.

Camillero de la tercera edad

Walter Jerez, 65 años, labora como camillero en el Hospital de la Policía desde hace 25 años.

Se vacunó hace dos semanas. El sábado pasado le inyectaron la segunda dosis. Afirma no haber experimentado ningún síntoma negativo tras la inoculación.

Indica que se vacunó porque ama la vida y respeta la ajena. Asimismo relata que algunos compañeros suyos decidieron no vacunarse, y otros no lo hicieron porque están infectados con el coronavirus.

Aunque suene cansino, él recuerda las medidas de bioseguridad, las cuales cumple radicalmente, pues su esposa sufre de asma, enfermedad de las vías respiratorias que genera su inflamación y provoca dificultad para respirar y tos.

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