Los cuatro hombres detenidos cuando se abastecían de combustible en una gasolinera de las calles capitán Nájera y avenida Quito, no eran los asesinos de los policías acribillados la mañana de este de viernes 28 de julio en la parroquia Tarifa, de cantón Samborondón (Guayas), como fue informado en una de las redes sociales de la Policia Nacional.

Minutos después de esta publicación, la misma Policía, informó que por las características similares del vehículo donde se transportaban los asesinos, luego de perpetrar el hecho criminal y tras un seguimiento con cámaras de seguridad se los retuvo a estos cuatro ciudadanos y se los trasladó hasta el Cuartel Modelo, en calidad de sospechosos.

"Estas cuatro personas que fueron retenidas son miembros de una misma familia. Efectivamente, estuvieron en Samborondón, pero por un asunto personal. Se ha verificado que no tienen relación con el hecho de sangre que acabó con la vida de dos de nuestros compañeros", afirmó el investigador.

Las víctimas mortales son el mayor Christian Granizo Pumagualli y su conductor, el cabo primero Cristian Enríquez Tigselema, ambos fueron atacados por dos sujetos que llegaron a bordo de una motocicleta.

El general William Villarroel comandante de la Zona 8 de Policía, informó que tanto el oficial fallecido como su conductor habían llegado a un paradero de comidas, luego de salir de una reunión de trabajo.

El mayor Granizo, quien era oriundo del cantón Riobamba (Chimborazo) era el jefe del distrito Samborondón y tenía un año y medio laborando en esta jurisdicción y 20 años de servicio en la institución policial. El cabo primero Enríquez tenía 3 años laborando en el cantón y 13 años como Policía.

"El armamento (armas de dotación de los policías) al parecer fue retirado del lugar por los antisociales. El oficial iba a ser trasladado a otra localidad. Tenemos varias hipótesis", afirmó el comandante policial.

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