Erick Snayder Macías Moreira, de 8 años, era un aficionado a los caballos. Había pedido que le elaboren un póster con una foto montado en uno de estos animales.

La familia decidió que ese iba a ser el regalo de su próximo cumpleaños. Sin embargo, los planes se trastocaron y esa fotografía formó parte de su velatorio.

El detalle previsto para la celebración de sus 9 años, en marzo del 2022, estaba en el centro de la sala donde se velaban los restos del infante, en un féretro rodeado de flores y la figura de un ángel.

Karen Macías recordó con tristeza que su sobrino era un amante del agro. Se levantaba a tempranas horas a realizar actividades en la campiña. Iba a recoger los huevos de las gallinas y ayudaba a sus familiares en las tareas hogareñas.

Hoy, el niño ya no está. Erick fue víctima colateral de un hecho sangriento que, de acuerdo con las diligencias investigativas, se ejecutó al estilo sicariato.

Todo ocurrió la noche del jueves 25 de noviembre, aproximadamente a las 20:30, en el sector Níspero del cantón Santa Ana, provincia de Manabí.

El menor se hallaba en el interior de una camioneta de propiedad de un tío político. Este último conversaba en el exterior del automotor con un amigo, cuando se registró el ataque violento.

El coronel Waldo Zurita, subcomandante de la Subzona Manabí, indicó que dos hombres en moto arribaron al sitio y dispararon.

Uno de los disparos impactó al niño en el tórax y cuatro atravesaron la humanidad de su tío. La otra persona recibió un ‘plomazo’ en la mandíbula, detalló el jefe policial.

El infante fue llevado al hospital Verdi Cevallos Balda, de Portoviejo, donde se corroboró su fallecimiento.

Según Zurita, uno de los heridos está con pronóstico reservado y el otro permanece estable. (AG)