Once personas de diversas nacionalidades, incluyendo a ciudadanos ecuatorianos, fueron detenidas tras una serie de redadas migratorias masivas realizadas la semana pasada en Los Ángeles, informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos.

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Según una publicación de la agencia EFE, los migrantes aprehendidos provienen de países como Vietnam, Filipinas, México, Ecuador, Perú y Honduras. Las autoridades los acusan de ser indocumentados y, en algunos casos, de presuntos delitos graves como narcotráfico, asesinato, violación, robo de vehículos con violencia y disparos contra viviendas en el condado de Los Ángeles.

Las edades de los detenidos oscilan entre los 26 y los 55 años, y las imputaciones incluyen cargos por delitos violentos y sexuales.

La reacción de Donald Trump

En reacción a estas redadas, el presidente Donald Trump calificó a Los Ángeles como una ciudad “invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y criminales”. En su cuenta de Truth Social, Trump afirmó que las protestas que se han desatado tras las redadas “fortalecen” su determinación para continuar con las deportaciones. Además, ordenó a altos funcionarios federales tomar “todas las medidas necesarias para liberar a Los Ángeles de la invasión de inmigrantes y poner fin a estos disturbios”.

Las protestas, que ya suman tres días consecutivos, han derivado en enfrentamientos entre manifestantes y la Policía local (LAPD), que catalogó las concentraciones como “asambleas ilegales” y procedió a dispersarlas. Hasta el momento, no se han reportado arrestos relacionados con las manifestaciones.

En un hecho sin precedentes en las últimas seis décadas, Trump autorizó el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles, sin el consentimiento del gobernador de California, Gavin Newsom. Este despliegue busca reforzar la seguridad en la ciudad, especialmente frente al edificio federal en el centro de Los Ángeles, epicentro de las protestas.

Las redadas y las manifestaciones reflejan la profunda polarización en torno a la política migratoria en Estados Unidos, donde las medidas federales se enfrentan a la oposición de gobiernos locales y comunidades que denuncian el impacto social y humano de estas acciones.

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