Tishaninova Nikolaevna habla poco castellano, pero se da modos para pedirles ayuda a los policías y fiscales.

La mujer, de nacionalidad rusa, quiere encontrar a su hijo Maksim González, quien desapareció el jueves 2 de diciembre de 2021. Hoy se cumple un mes.

Nikolaevna, de 49 años, contó que el joven viajaba desde Quito hasta el sector de Los Ceibos, en Guayaquil, para ver a su padre. La reunión tenía como objetivo que el progenitor le diera 4.800 dólares de la manutención del joven, quien cumplió 18 años en noviembre.

Sin embargo, la madre, que lo acompañó hasta Manta, lo vio por última vez en la terminal de buses, donde se despidió de él con un beso en la frente. “Desde ese día mi hijo no se comunica por teléfono ni me ha enviado un correo electrónico, tampoco ha publicado algo en sus redes”.

Nikolaevna añadió que los amigos del joven también han intentado comunicarse con él, pero no ha tenido resultados.

Búsqueda

Al ver que el muchacho no daba respuesta, la extranjera fue por su cuenta hasta el Puerto Principal para buscarlo. Pidió información en la morgue y en hospitales. Incluso, fue a la casa del padre de su hijo (ecuatoriano) para saber si seguía ahí. Pero no. Un pariente del señor le habría dicho que no estaba y que tampoco le va a ayudar a buscarlo, “que es demasiado tarde”.

La mujer, desesperada, recorrió por varios días los alrededores de Los Ceibos para encontrar a su único hijo y no lo halló. Regresó a la capital.

El 23 de diciembre fue a la Fiscalía a colocar la denuncia y habló con un funcionario del área de desaparecidos quien, según la mujer, llamó al padre del joven para preguntar sobre su paradero.

El señor le habría respondido que no sabía sobre su ubicación y que “está resolviendo con sus abogados cómo cerrar su deuda de manutención”.

Nikolaevna también se ha contactado con el consulado de Ecuador en Rusia y con otras entidades en el país europeo para que puedan ayudar en la búsqueda.

Al mes de su desaparición, la madre sigue con la esperanza de encontrarlo. Ella dijo que si la Policía no la ayuda, irá desde la próxima semana a los alrededores de Los Ceibos para pegar afiches de su hijo.

La mujer piensa lo peor. Ella cree que su hijo anda vagando por las calles como un indigente. “No me importa así esté entre drogadictos. Quiero volver a abrazarlo”.