Miriam Velásquez, lloró afuera de la Corte Nacional de Justicia la tarde del 22 de diciembre. En la audiencia de casación por la violación y muerte de su hija, dictaminaron que el principal sospechoso, de 17 años, salga libre.

“Nos toca volver a empezar todo”, dijo Velásquez, aun indignada.

Cinthia Zula, de 16 años, fue encontrada muerta en los matorrales de la Comuna Alta, en el occidente de Quito, el 5 de enero de 2020. Tres días antes fue reportada como desaparecida, pues tampoco entró al colegio. Su mejor amigo y compañero de estudios fue señalado como uno de los autores de la violación con muerte.

“Los fluidos que encontraron en el cuerpo de mi hija coincidieron al 100 % con el ADN de este hombre”, dijo.

Pero un error en el proceso, que se llevó a cabo durante la cuarentena, le dio la oportunidad a la defensa del implicado, de apelar. “No nos notificaron una diligencia y eso causó la nulidad”, explicó Jorge Cancino, abogado de la víctima.

Según la madre de la víctima, las investigaciones las hicieron por iniciativa propia con su abogado, por lo que reclama que ese esfuerzo haya sido en vano. Dentro de estas pericias también apareció como sospechoso, el novio de la muchacha, quien habría entregado el celular de la víctima sin aplicaciones, como si se hubiera borrado todo. "Les pedimos que lo vinculen pero no quisieron", explicó la madre.

El implicado ya recibió una condena de 7 años que empezó a cumplir en el centro de menores infractores Virgilio Guerrero, en Quito. Pero luego de la anulación haría que salga libre en las siguientes horas. "Y ahora ¿Quién nos garantiza que lo volvamos encontrar?", espetó Miriam.

Por ahora, solicitarán que al menos le coloquen un grillete para evitar que se fugue del país, hasta que lo vuelvan a llamar a juicio.