Impotencia y crueldad. Un audio de 38 minutos al que tuvo a acceso ese medio revela como fueron los minutos después de la presunta violación que sufrió una adolescente de 14 años del Colegio fiscal Luis Napoleón Dillon del norte de Quito. 

El multimedia fue grabado aquel jueves 21 de abril por una compañera de la estudiante y deforma desgarradora la víctima grita reiteradamente “¡me violó, me violó! Te juro que me violó”, pero sus compañeros del recorrido le piden que se calle.

En el fondo se escucha sonar un vallenato. El presunto violador se acerca donde ella para decirle que se tranquilice porque va a meterlo en problemas a él y a todos sus compañeros. “Cállate, escúchame. Le van a meter preso al (nombre de un alumno) por culpa tuya, cállate”, se escucha en un extracto del audio.

La adolescente repetía que el conductor le había dado algo de tomar y luego abusó de ella. De acuerdo, a dicho audio, la joven lucía en estado de embriaguez hasta llegar a vomitar mientras el vehículo se desplazaba.

Según la denuncia interpuesta por la mamá de la víctima, el chofer llamó a la estudiante para recogerla en la parada (Llano Grande) 15 minutos antes, es decir 11:40. Ella es la primera alumna en ser retirada. Sin embargo, pese a que fue con tiempo de antelación, a la segunda parada llegó con 15 minutos de atraso. Así lo dice un estudiante por dos ocasiones en el audio. 

Por este hecho existen dos denuncias, dijo la ministra de Educación, María Brown. La primera colocada por la Directora de la Unidad educativa un día después del suceso y la segunda interpuesta esta semana por los familiares. La ministra explicó que el caso se conoció desde que la joven llegó a la institución, pero por protocolo el caso no podía ser ventilado ante los medios de comunicación.

“La evidencia indica que no ha habido una falta al protocolo establecido, porque tenemos el respaldo de que todo fueron entregados en el tiempo estipulado”, dijo la funcionaria.

Existe indignación porque el presunto violador se dio a la fuga tiempo después de abandonar el vehículo en la institución y las autoridades del colegio no hicieron nada para retenerlo al percatarse del hecho.

“El chofer estaba en la calle, se bajan los alumnos, entra la supervisora al bus, porque le ve a una niña que está medio mareada inmediatamente trata de subirse al bus y el bus acelera, casi le aplasta a la supervisora. El chofer dice que se va a parquear y huye dejando botando el carro a dos cuadras”, relató Enrique Pérez, subsecretario de Educación de Pichincha.