Juan se armó de valor para hablar sobre el ataque armado que presenció en contra de dos custodios de un vehículo blindado. Él estaba parado cerca de una baranda metálica que está frente al centro comercial de Cumbayá, oriente de Quito, donde sucedió un violento robo ayer 24 de noviembre.

“Eran como las ocho de la mañana. Los guardias estaban saliendo y ahí aparecieron unos motorizados”, relató aún temblando Juan, quien intentó correr y en ese instante escuchó una ráfaga de disparos.

Cuando alzó la mirada, se percató de que los atacantes huían a bordo de las motocicletas en las que arribaron. A sus espaldas se divisaban unas maletas, precisó el testigo.

No hubo coordinación

Cuando el peligro pasó, las personas que estaban en el lugar corrieron a ver lo que había ocurrido. En ese momento se toparon con una escena desconsoladora: un guardia muerto junto a una puerta de vidrio que fue rota durante la incursión armada. Y cerca de él, un compañero yacía herido.

Wilson Pavón, comandante de Policía del Distrito Metropolitano de Quito, detalló cómo se dieron los hechos. “La empresa que traslada los valores tenía custodia policial y se nos informó que los guardias debían hacer las recargas de dinero en los cajeros del interior del centro comercial”.

Por ello, el auto blindado junto con la patrulla policial ingresaron por la parte posterior del edificio. Sin embargo, el general Pavón explicó que los celadores fueron a poner plata en un cajero que estaba en el ingreso, acción que no fue comunicada a los uniformados, ni tampoco estaba dentro de la planificación.

Ahí los abordaron los criminales, que se llevaron una parte del dinero, aunque no se precisó el monto. Según Pavón, esto será tomado en cuenta como parte de las investigaciones.

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