Los vehículos tuvieron que darse la vuelta en cuanto se acercaban a la quebrada Angarachaca, sobre la avenida 17 de Septiembre, en el norte de Quito, debido al socavón que se formó la madrugada del lunes 29 de abril.  Según Cristopher Rueda, jefe de Seguridad de la Administración Zonal Calderón, el huecazo es producto de las fuertes lluvias que se han registrado durante los últimos días.

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Segundo Hernández, un vecino de la zona, aseveró que a las 19:00 del domingo ya pudieron advertir que la quebrada estaba con el agua a tope. “El nivel ya llegaba al asfalto. Era cuestión de tiempo para que pase algo así”, agregó.

La alerta llegó al ECU-911 a las 6:00 y se desplegaron las cuadrillas de la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), así como de la Zonal. No se reportaron heridos o automóviles afectados, pero sí habrá inconvenientes para la movilidad de los moradores.

“Para llegar a mi trabajo ya tuve que darme la vuelta por la avenida Simón Bolívar y avanzar caminando. Me demoré más”, comentó Jorge Molina, un empleado privado.

Esta vía no solo une a Gualo y a Llano Chico, sino que también sirve de acceso para otras comunidades como Cocotog y Llano Grande. “Sí, es una vía importante para varias parroquias, por eso trabajamos para habilitarla lo más pronto posible”.

Para Fernando Tovar, gerente de la Epmmop, serían al menos 48 horas. “La primera fase incluye la limpieza del material que obstaculiza el cauce”, dijo.

Luego se prevé colocar dos tubos para que el agua de la quebrada siga fluyendo. El paso peatonal se reanudará con un puente que se colocará sobre la acera. “Es uno que tenemos en desuso en la avenida Simón Bolívar”, agregó.

Para el paso vehicular se prevé poner otros dos tubos y rellenarlos. Eso será provisional, por lo que el paso a vehículos pesados no está permitido. El funcionario insistió que el colapso también se debe a la acumulación de basura que se evidenció en la quebrada, cuya entrada a la alcantarilla es de 8 centímetros y tiene más de 30 años. “Hemos sacado muebles de sala, de comedor. Es gente inescrupulosa”, aseguró.

A eso se suma que el relleno sanitario, también de hace décadas, haya sido de basura, por lo que no soportó la presión del agua.

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