Durante los últimos cinco años, pasar por la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de Colinas del Norte era indignante, pues estaba sin uso y en estado deplorable.

Hace un par de meses, los dirigentes y vecinos de este barrio del norte de Quito decidieron tomar acciones. Juan Carlos Cañadas, el vicepresidente, hizo un recorrido para hacer ‘vaca’. “Uno a uno fui preguntando en qué podían ayudar. Esto no tiene costo para el Ministerio de Gobierno, todo es con la comunidad”, relató

Y, para que los uniformados asignados no tengan pretexto de falta de recursos, los moradores gestionaron el equipamiento completo de la infraestructura. Luis David Almagro, presidente del Comité de Seguridad, se encargó de hacer la instalación de internet, así como de alarmas comunitarias.

“Aproximadamente tenemos una alarma cada dos cuadras. Eso lo logramos con la organización barrial”, enfatizó. El domingo 11 de junio se realizó la minga general, pero el trabajo en total tomó al menos tres semanas

HASTA LOS CHUMADITOS

Cañadas cuenta que incluso logró que los indigentes que habitan las calles del sector pongan la mano de obra. “Con esto se demostró que las personas alcohólicas pueden ser buenos profesionales”.

También esperan que con la participación de esta población en proyectos comunitarios se logre “sacarlos de las calles”.

Eso no es todo, los vecinos donaron los galones de pintura, los materiales de construcción y hasta de volver a imprimir el logo de la Policía Nacional. De eso se encargó Isaac Cruz, quien tiene un negocio de sublimación e imprenta.

Los transportistas de la zona fueron los encargados de reunir los galones de pintura, así como de colocarla en el edificio. “No somos profesionales, pero todo fue cuestión de voluntad y por el bien de todos. Necesitamos que haya presencia policial”, agregó Telmo Ortiz, otro vecino

VIGILANTES

Cañadas contó que hasta un celular les dieron a los policías para que estén conectados a los chats comunitarios. “Uno nuevito les dimos”, comentó.

Los moradores están conscientes de que son necesarias unas condiciones dignas para la estancia de los uniformados para que trabajen motivados. “Eso sí, seremos los más vigilantes para que cumplan con su trabajo”, enfatizó el dirigente.

El coronel Patricio Campaña, comandante del Distrito La Delicia, dijo a EXTRA que la UPC estuvo abandonada por falta de personal. “Ahora están asignados 11 uniformados: un oficial y 10 de personal. Cumplirán tres turnos de ocho horas”, agregó.

Aparte se prevé que haya dos motorizados que harán patrullaje en las calles del sector que aglutina más de 3.000 familias.

En el sitio fue necesario cambiar las tuberías de agua potable, así como cambiar baños y griferías, pues también se habilitaron los dormitorios. “Estaba de llorar, todo dañado por el desuso y la gente que se metía a la UPC”, dijo Mauricio Herrera, quien se encargó de la plomería.

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