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Tropas de las Fuerzas Armadas inspeccionan el terreno donde fue hallada una conexión ilegal al oleoducto, tras el violento ataque.Gerardo Menoscal.

Robo de combustible desató una masacre en Guayaquil: revelan detalles

Los cuerpos fueron encontrados en un camino de un sector rural de Guayaquil 

Un hecho violento registrado la noche del lunes 7 de julio encendió las alertas de las autoridades en Guayaquil. Cuatro hombres fueron asesinados a tiros en un sector despoblado y cubierto de maleza, en el kilómetro 22 de la vía a Daule, en medio de lo que, según fuentes policiales, sería un enfrentamiento entre bandas dedicadas al robo de combustible.

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Víctimas extraían combustible de forma clandestina

De acuerdo con información preliminar, las víctimas se encontraban extrayendo combustible de manera clandestina a través de una conexión ilegal al poliducto estatal cuando fueron sorprendidas y atacadas por miembros de una banda rival, quienes también se dedicarían a este delito.

Los fallecidos fueron identificados como Wilmer Mite, de 26 años; Anderson Sánchez, de 47; Jonathan Castro, de 19; y un cuarto ciudadano cuya identidad aún no ha sido establecida. En el lugar del crimen, peritos de Criminalística levantaron múltiples indicios balísticos que evidencian el uso de armas de grueso calibre, como pistolas y fusiles.

Fusiles y pistolas fueron utilizados en el ataque armado que dejó cuatro muertos en un sector despoblado de la vía a Daule.Gerardo Menoscal.

La mañana de este martes 8 de julio, personal de las Fuerzas Armadas e ingenieros del Cuerpo de Ingenieros del Ejército llegaron al sitio para verificar la presencia de una manguera clandestina conectada ilegalmente al oleoducto, por donde presuntamente se sustraía el combustible.

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"A menos de 300 metros de este punto ocurrió el ataque. Nosotros llegamos porque Petroecuador nos reportó una baja en la presión del combustible. Estas mangueras conectadas de manera ilegal sirven para el robo de hidrocarburos", explicó un uniformado de las Fuerzas Armadas que participó en la inspección.

Este hecho se suma a otros eventos similares registrados en la zona rural de Guayaquil, donde la sustracción de combustible se ha convertido en una actividad criminal lucrativa disputada por bandas organizadas. Las autoridades investigan si existe conexión entre los grupos involucrados y redes mayores de tráfico de hidrocarburos.

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