Una mujer rompió en llanto al ver a su hijo tendido y sin vida en una vía de Tabacales, cantón Rocafuerte, en Manabí. “¡Ay, hijo mío, no!”, gritaba la habitante mientras abrazaba el cadáver de Javier Muñoz Giler, durante la noche del 1 de enero.

Sus verdugos, según los datos policiales, se movilizaban en una motocicleta y descargaron al menos tres tiros contra Muñoz.

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Previo a este crimen, el 31 de diciembre, fue ultimado a bala otro hombre de nombre Jorge Zamora Cuenca. Asimismo, los sicarios lo mataron a balazos.

La calma que caracterizaba a Tabacales se ha visto truncada por estos hechos violentos. La gente asegura que la venta y consumo de drogas se ha disparado en la zona. Ahora, la Policía indaga si ambos crímenes tienen relación entre sí.

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