Actualidad
Un trato digno en salud para los migrantes
Algunos países han adoptado planes para mejorar el acceso de los migrantes a servicios de salud.
3,4 por ciento representa el número de migrantes en comparación con la población mundial, según datos de Naciones Unidas.
Aunque en muchas partes del mundo circula la creencia de que los migrantes pueden constituirse en una pesada carga para los países receptores y sus sistemas de salud pública, hay gobiernos de diversas regiones que reconocen la necesidad de integrar a ese grupo vulnerable a sus políticas sanitarias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esos planes destinados a facilitar servicios de atención de salud a los expatriados en condiciones de pobreza.
Las percepciones erróneas sobre la migración, según el organismo, pueden llevar a un aumento de las actitudes de odio, propiciar la discriminación en la atención sanitaria y tener efectos negativos para la salud de los migrantes, cuya población sigue en aumento.
En 2017 sumaban 258 millones en el mundo, cuando siete años antes eran 155 millones, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas.
El estado jurídico de ese grupo en condiciones de emergencia es, principalmente, lo que determina su acceso a los servicios sanitarios de un país, recuerda la OMS. Todas y cada una de esas personas deben tener acceso, cuando sea necesario, a atención sanitaria de calidad, sin discriminación de ningún tipo, resalta el ente de las Naciones Unidas.
En ese sentido, algunos países de destino han demostrado sus esfuerzos dirigidos a mejorar el acceso de los migrantes a los servicios de salud locales.
Un informe de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) cita casos puntuales sobre la adopción de políticas para subsanar las desigualdades sanitarias.
Tailandia ofrece servicios de salud a ciertas categorías de migrantes registrados y sus familiares a través de un seguro obligatorio de salud.
Brasil, España y Portugal, por su parte, han aprobado una política de igualdad de acceso a la cobertura médica para todos los migrantes, independientemente de su condición jurídica.
En Argentina, los empleadores de trabajadores rurales migrantes aportan un porcentaje de los salarios de sus empleados a un fondo que cubre prestaciones de seguridad social, entre ellas un seguro de salud.
Así también, algunos grupos de migrantes de la Unión Europea disfrutan de un alto nivel de transferibilidad de las prestaciones de asistencia sanitaria, reseña la OIM.
Estas iniciativas pueden ser limitadas, pero al menos reconocen la necesidad de garantizar la salud de los migrantes como un derecho humano, así como una buena práctica de salud pública, destaca el organismo en su informe.
Estrategias
Necesidades de grupos vulnerables
Los problemas de salud más frecuentes entre refugiados y migrantes que acaban de llegar a un país son las lesiones accidentales, la hipotermia, las quemaduras, los accidentes cardiovasculares, las complicaciones del embarazo y el parto, la diabetes y la hipertensión.
La OMS recomienda a los países receptores ofrecer y efectuar controles de salud para velar porque esas personas que necesiten protección sanitaria tengan acceso a cuidados de salud.
Los resultados de los reconocimientos nunca deben utilizarse como excusa o justificación para una expulsión de un país, señala el organismo.