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Diario Extra Ecuador

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¡Sangrienta ‘venganza’ racial!

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Dallas, Estados Unidos (AFP-Reuters)
El caos, el sonido de los disparos y la gente que buscaba un lugar seguro en el corazón de Dallas durante el tiroteo entre policías y francotiradores parecían durar por siempre.
El ataque de francotiradores comenzó la noche del pasado jueves cuando gente de todas las razas y edades marchaban pacíficamente en protesta por las dos muertes de afros a manos de la policía en Minnesota y Luisiana.
En cuestión de segundos, civiles y policías se cubrían detrás de carros y se arrimaban buscando protección en edificios en medio del fragor de las ráfagas de disparos.
“No vi a nadie más ser baleado, solo a los policías. Mientras corría, siguieron disparando”, dijo Cortney Washington, quien agregó que no sabía de dónde prevenían los tiros.
El tiroteo era ensordecedor, porque los disparos hacían eco en edificios de oficinas en el centro de la ciudad texana, tristemente célebre por ser el lugar del asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.
Cuando todo ello acabó, cinco oficiales habían muerto y siete estaban heridos, además de dos civiles.
Un sospechoso, que se escondió en un estacionamiento en el Centro College, murió por un artefacto explosivo manejado por un robot de la policía tras negociaciones que duraron horas.
En esas negociaciones, el sospechoso dijo que estaba molesto por las muertes de afrodescendientes a manos de uniformados y que quería matar blancos, en particular policías blancos, según afirmó la policía.
El sospechoso muerto en el garaje también había dicho a la policía que “el fin estaba cerca” y que más oficiales resultarían heridos y muertos.
Un vídeo grabado por un testigo muestra a un hombre con un rifle agazapado a ras del suelo y disparando de cerca contra una persona que parecía usar un uniforme. La persona cae al suelo.
Otro vídeo publicado en línea muestra a otro hombre armado (la policía no ha dicho cuántos sospechosos hay de este ataque) sale detrás de un edificio, se acerca sigilosamente a un policía y le dispara en la espalda. El agente cae al suelo.
El testigo Patrick Cooper grabó desde el Centro College a un hombre que portaba un arma, que describió como un arma larga, cuando entró al edificio y subió las escaleras. Cooper se refugió en un baño. De nuevo, el ruido de los tiros fue muy fuerte.
“Estaba petrificado. No sabía qué hacer”, dijo Cooper.

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