En una cavidad similar a una cisterna, ubicada bajo tierra, los cadáveres de tres hombres y una mujer fueron encontrados la madrugada de este viernes 6 de junio. El hallazgo de horror ocurrió en la cooperativa Nueva Frontera, en el distrito Nueva Prosperina, noroeste de Guayaquil.

(Entérate: Mujer secuestrada en Los Ceibos, en Guayaquil, fue liberada)

En aquel hueco, los cuatros ciudadanos fallecieron en una forma trágica y desesperante. “Fueron encontrados sin vida, asfixiados por sofocación”, informó el coronel Víctor Hugo Ordóñez, jefe policial de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).

Estas personas fueron víctimas de secuestro y pasaron sus últimas horas de vida en aquel lugar, bajo condiciones críticas, pues el espacio interno es pequeño. No caben más de dos camas de plaza y media. Adentro, el calor es extremo, ya que está en un terreno árido a la intemperie.

Para acceder al terreno hay que subir por una colina de tierra, a través de unos escalones improvisados y resbaladizos, con el riesgo de caer si no se camina con cuidado.

El predio luce como un espacio usado para reciclaje y crianza de animales. Hay decenas de botellas plásticas tiradas y también cuatro pequeños cubículos de cemento, parecidos a donde permanecen los chanchos de criaderos.

¿Quiénes son las víctimas y aprehendidos?

Ordóñez indicó que la mujer encontrada sin vida era una comerciante de origen chino que fue secuestrada en su negocio, en la ciudadela Martha de Roldós, el jueves 29 de mayo.

De los tres hombres, dos fueron secuestrados en locales comerciales de la ciudadela Urbanor la tarde del martes 3 de junio. El restante fue raptado el jueves 5 en La Aurora (parroquia del cantón Daule), por sujetos armados que ingresaron a su trabajo.

La Policía Nacional ejecutó investigaciones por estos casos, logrando identificar y aprehender a cinco sospechosos, vinculados al grupo criminal Los Tiguerones, según Ordóñez.

Dos parejas de esposos y un sujeto son los implicados. Una pareja planificaba los secuestros, la otra proporcionada el terreno para retener a las personas y el hombre también hacía actividades logísticas.

Los implicados pedían un millón de dólares para liberar a la mujer y 500.000 dólares en el caso de los hombres.

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