Minutos después de las 16:00, una veintena de sacerdotes ingresaron a la Catedral para el Arrastre de Caudas, tradicional ceremonia de la Semana Santa, en la que se le rinde honores a Jesucristo por su sufrimiento en la lucha de la fe.

Horas antes, cientos de fieles llenaron la Plaza Grande, donde la ceremonia se transmitía en vivo. Al interior de la Catedral, cientos de invitados, entre ellos el alcalde electo Pabel Muñoz, llenaron los púlpitos a esperas del emblemático evento de la Semana Mayor.

Tras una breve introducción, los canónicos, ataviados con ropajes negros en representación del pecado, recorrieron la Catedral.

Desde el púlpito, monseñor Alfredo José Espinoza, arzobispo de Quito, se refirió a la Semana Santa como un momento para reflexionar sobre la Cruz, y las múltiples cruces que carga que pueblo ecuatoriano.

“La falta de diálogo, los desencuentros políticos, el sicariato, la violencia (…) son nuestras cruces”, dijo.

El Arrastre de Caudas es una tradición romana que se fusionó con el catolicismo y que se ha convertido en una de las ceremonias insignes de la Semana Mayor. Mañana continuarán los eventos planificados, con la Procesión de la Luz, que se hará a las 18:30 y recorrerá el tramo entre la Basílica del Voto Nacional y la Plaza de Santo Domingo.