Es un misterio aún el asesinato de Elizabeth Quimís, de 48 años, quien fue baleada en pleno centro de la ciudad de Riobamba, en Chimborazo, mientras descansaba en una banca de la plaza Alfaro y conversaba con un grupo que salió ileso.

Cuatro tiros (tres en la cara y uno en el pecho) acabaron con su vida la tarde del martes 16 de noviembre.

Hasta el mediodía del miércoles 17, su cadáver permanecía en la morgue del cantón porque, según se conoció, sus familiares tramitaban el traslado de su cuerpo hasta Guayaquil.

De las primeras indagaciones, la policía informó que el crimen habría sido cometido por dos hombres vestidos de negro que se movilizaban en una motocicleta negra con rojo, sin placa. Uno de ellos se bajó y se acercó para dispararle, en tanto que el otro aguardaba con la moto encendida para emprender la huida.

Quimís permaneció varios minutos con vida y fue auxiliada por bomberos de Riobamba, de la compañía ubicada en la misma plaza, pero no resistió las heridas y falleció llegando al hospital.

En el sitio, un hombre de camiseta roja, que no quiso emitir declaraciones, lloraba desconsolado mientras era interrogado por agentes de la Dinased. Algunos presentes lo identificaron como pareja sentimental de la fallecida.

Luis Montesdeoca, jefe de la Dinased Chimborazo, manifestó que la investigación continúa como asesinato. “Todavía no tenemos los elementos para determinar un sicariato, pero según avancen las investigaciones y tengamos más evidencias, la figura podría cambiar. Aún no hay nada concluyente”, puntualizó. (PO)