Tres semanas después de haber salido del hospital, los siameses milagreños José Armando y José Luis Cevallos Herrera, de 19 años, retornaron a su hogar en la ciudadela Las Mercedes.

Aunque están fuera de peligro, su estado de salud no ha mejorado en su totalidad. Quienes interactúan con ellos a través de sus cuentas en redes sociales han notado que lucen más delgados. Esto como consecuencia de un problema de úlcera y neumonía que los tuvo en cama por cerca de tres meses.

Tras haber presentado un problema intestinal fueron sometidos a dos intervenciones quirúrgicas.

Desde marzo pasado, amigos, familiares y ciertas autoridades estuvieron pendientes de ellos. Durante su permanencia en el hospital de Guayaquil, el Ministerio de Inclusión Económica y Social les entregó el Bono Joaquín Gallegos Lara y cada uno lo recibe, desde hace dos meses.

El proceso de recuperación es lento y se basa en la alimentación. La mamá de los jóvenes sigue al pie de la letra las recomendaciones de los médicos, entre ellas prepararles una dieta basada en vegetales y carne blanca. Ella se encarga de atenderlos y asearlos.

Los jóvenes permanecen en su cuarto, viendo televisión y revisando sus redes sociales, pues deben estar en permanente reposo hasta que mejore su estado de salud.

Mientras viven el proceso de recuperación, ambos piensan en su futuro. Los estudios son su prioridad y en ese sentido tienen dos opciones, encaminadas a satisfacer las necesidades de las personas con discapacidad.

Quieren ser abogados

“Queremos estudiar Jurisprudencia para hacer respetar los derechos de las personas con discapacidad”, dijo José Luis. Para él, una de las problemáticas es que los espacios públicos no cuenten con acceso para personas en sillas de ruedas.

De ahí que su meta del próximo año es iniciar sus estudios universitarios y conocer a profundidad los artículos legales para tomar la bandera de lucha en favor de los desprotegidos.

La segunda alternativa es seguir la carrera de Ingeniería en Sistemas para especializarse en la creación de aplicaciones móviles que ayuden a las personas no videntes y con discapacidad auditiva.

Están conscientes de que para convertirse en profesionales pasarán varios años, pero no piensan quedarse de brazos cruzados. “Vamos a realizar campañas a favor de los discapacitados. Sabemos que hasta obtener el título en la universidad pasará mucho tiempo y nosotros queremos empezar desde ya. Esa es nuestra forma de retribuir lo que la gente ha hecho por nosotros cuando lo hemos necesitado”, mencionó José Armando.

Los siameses milagreños se muestran agradecidos porque durante su estadía en el hospital, familiares y allegados suyos hicieron cadenas de oración pidiendo por su recuperación. Otras personas los han ayudado, y ambos esperan que lo sigan haciendo porque aún requieren de una mano amiga.