Exclusivo
Actualidad
¡Sujeto atacó con un destornillador a su exconviente, a quien había amenazado de muerte!
Una mujer embarazada denunció a su expareja por la agresión sufrida en su casa, en el sur de Quito. Él no está preso pero debe comparecer en Fiscalía
Jennifer tiene seis heridas causadas con un destornillador, pero la que más le duele y angustia es la de su abdomen. La mujer tiene 9 semanas de embarazo y cuenta que estuvo a punto de ser asesinada por su exmarido, quien fue a su casa, en el sur de Quito, con el pretexto de visitar a las hijas de ambos, horas antes de Nochebuena.
“La ginecóloga me dijo que se formó un coágulo y, si continúa creciendo, provocaría que arroje a mi hijo”.
Eran las 17:00 del 24 de diciembre. Jennifer llegó a su casa después de cocinar en una marisquería, donde trabajaba antes del ataque. Dentro del domicilio estaba el sospechoso del que se separó hace poco más de cinco meses, a mediados de este 2020. “Vi que estaba tomando puntas (licor) y la verdad no le puse mucha atención”.
Comienza el suplicio
Las horas pasaron y parecía que todo estaba normal con su 'ex'. Pero a las 22:30 esa aparente calma se trastocó. “Me fui a dormir. Cuando me acosté, el papá de mis hijos se sentó junto a mí”.
De pronto él le preguntó por qué se había embarazado de otro hombre y ella no quiso alegar nada.
Entonces el tipo tomó un desarmador y la hirió en el hombro izquierdo. “Si ahora no te mato, cualquier rato lo hago”, le gritó. Luego le encajó el arma en el abdomen. Para evitar más daños, Jennifer se protegió con sus piernas, que también recibieron los puntazos.
Ataque e intento de fuga
Los vecinos oyeron los gritos y fueron a ver lo que ocurría. El presunto atacante abrió la puerta y dijo que ya salía a explicar lo sucedido, pero intentó huir.
Sin embargo, fue detenido. Entretanto, la mujer fue llevada a un centro de salud y más tarde a Fiscalía, en donde la revisaron.
La audiencia se realizó y el implicado no fue a prisión preventiva. A cambio de eso, deberá presentarse periódicamente en Fiscalía.
Ahora, ella está aterrada de perder a su hijo, pero también de morir en manos del hombre que prometió que le quitaría la vida.
El consuegro llamó para darles una trágica noticia: “Lisbeth está muertita”