Luego de la suspensión del servicio del metro de Quito, a quienes ya les beneficiaba su funcionamiento les tocó volver al busetazo. 

Esto perjudicó a personas como Ginger Zambrano, una madre de familia a la que el subsistema de transporte subterráneo le ‘dio’ una hora más de sueño, pero sobre todo menos transbordos. La empresa operadora EOMMT, a través de su departamento de comunicación, dijo a EXTRA que la medida se tomó debido a incidentes en sistemas y subsistemas “que no permitirían transportar usuarios”.

Ella tomaba tres buses, uno que iba por la avenida Simón Bolívar, otro que la dejaba en la 12 de Octubre y el último hasta la Naciones Unidas. Más unas cuántas cuadras de caminata. “Además, gastaba 3,50 dólares y en metro es un dólar menos”, comentó.

Durante los nueve días que duró el funcionamiento se registraron incidentes con los sistemas de cobros. Usuarios que quisieron pasar sin pagar pasaje o que activaron mecanismos que hicieron parar unidades. A pesar de ello, para miles de quiteños ya era una alternativa mucho mejor que el bus. Ginger llegaba a su trabajo en media hora y ahora volverá a las dos horas habituales.

José Leonet también se hacía media hora de El Labrador a Quitumbe, pero volvió a la hora y media con dos transbordos. La suspensión es indefinida. El lunes 15 de mayo se prevé tener una reunión con el alcalde Pabel Muñoz, luego de que convocara a la operadora con urgencia.  Sin embargo, la operadora explicó que las pruebas continúan aunque sin pasajeros.