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El fantasma de la niña sin cabeza: el aterrador relato de un paramédico en Tabacundo
Un rescatista narra cómo se le apareció este fantasma luego de ayudar en un accidente de tránsito. Le contamos
En 2006, un terrible accidente de tránsito marcó la vida del paramédico Christian Rivera, de 49 años, y no solo por la gran cantidad de víctimas mortales. También lo hizo por un momento “fuera de este mundo” que, hasta ahora, sigue siendo una incógnita para este especialista en riesgos.
Rivera trabajaba para la Cruz Roja cuando una llamada de emergencia lo alertó: debía acudir, junto a su equipo de auxilio, hasta La Y de Tabacundo, en el cantón Pedro Moncayo, al norte de Quito. “Un bus interprovincial había bajado sin frenos y arrasó con otros cuatro vehículos”, recordó.
La escena era desgarradora. Había fallecidos sobre la vía y heridos que clamaban por ayuda. Pero una imagen quedó grabada en la memoria de Rivera: “Entre los vehículos destrozados había una camioneta, y dentro de esta se encontraba una niñita”.
Estaba en el asiento del copiloto. Cuando el rescatista se acercó para auxiliarla, se percató de que no tenía su cabecita. A pesar del horror, la atendió e informó a los policías para que retiraran el cuerpo.
La aparición de la niña sin cabeza

Pasaron los días y Rivera volvió a su rutina en la Cruz Roja. Una noche, mientras estaba de guardia, fue hasta una bodega del edificio de la institución para abastecerse de implementos para su turno en la ambulancia. “Estaba conversando con un compañero sobre las emergencias y demás. Estábamos en unas gradas donde no había luz”, detalló.
En medio de la charla, ambos voltearon hacia los escalones y se toparon con una silueta aterradora: era la pequeña que, días antes, habían rescatado. “Era la niñita, y sin cabeza. Bajaba las gradas desde el tercer piso hasta el segundo, donde estábamos parados”, relató.
Nerviosos, intentaron seguirla, pero jamás la encontraron. Durante mucho tiempo, aquella imagen se le aparecía constantemente a Rivera, como si intentara decirle algo.
Con el paso de los días, el espectro dejó de manifestarse, pero el impacto de esa experiencia cambió para siempre la percepción de este rescatista sobre la muerte y el más allá. Nunca volvió a experimentar algo similar, pero aquella visión sigue siendo un misterio que lo acompaña hasta hoy.
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