Este jueves 8 de mayo, a las 6:22, un fuerte temblor sorprendió a los habitantes de varias ciudades de Ecuador. Usuarios en redes sociales, especialmente en X (anteriormente conocido como Twitter), reportaron el sismo, mencionando su intensidad en lugares como Cuenca, Huaquillas, Loja, Guayaquil y Machala.

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Los testimonios en línea no tardaron en llegar. Algunos de los afectados escribieron: “Me levanté temprano porque hizo temblor” y “¡Temblor! ¡Fuerte en Machala!”, reflejando la preocupación y sorpresa de los ciudadanos. La fuerza del temblor también se sintió con claridad en la provincia de El Oro, donde se encuentra la ciudad de Huaquillas, cerca de la frontera con Perú.

Según el Instituto Geofísico (IG), el sismo tuvo una magnitud de 5.7 en la escala de Richter, y ocurrió a una profundidad de 29 kilómetros. El epicentro fue localizado a 49.81 kilómetros de Tumbes, en el vecino país de Perú, lo que explica la intensidad del temblor en las regiones cercanas a la frontera.

Aunque hasta el momento no se reportan víctimas ni daños materiales importantes, el evento sí ha generado alerta entre los ciudadanos, quienes están atentos a posibles réplicas. Las autoridades locales continúan monitoreando la situación.

¿Por qué ocurren con tanta frecuencia los temblores en Ecuador?

Ecuador experimenta frecuentes temblores debido a su ubicación geográfica en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona con intensa actividad sísmica y volcánica. Específicamente, el país se encuentra sobre la interacción de dos grandes placas tectónicas: la placa de Nazca, que se mueve hacia el este, y la placa Sudamericana, que se desplaza hacia el oeste. Este movimiento provoca un proceso conocido como subducción, en el que la placa oceánica (Nazca) se hunde por debajo de la continental (Sudamericana), generando acumulación de energía que, al liberarse, produce sismos.

Además de la subducción, Ecuador tiene fallas geológicas activas tanto en la costa como en la región andina. Estas fallas pueden generar temblores de distintas magnitudes y profundidades, incluso en zonas alejadas del epicentro principal. La combinación de estas condiciones tectónicas convierte al país en una de las regiones con mayor riesgo sísmico en América del Sur, lo que exige una constante preparación y monitoreo por parte de las autoridades y la ciudadanía.

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