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Seis meses de reconstrucción, desespero y nostalgia
En Manta, Pedernales y Portoviejo, el comercio resurge de a poco tras el terremoto del pasado 16 de abril
Este 16 de octubre, se cumplen seis meses del terremoto que enlutó al país y que perjudicó, en su mayoría, a las provincias de Manabí y Esmeraldas. En ambas, aún son evidentes los estragos del movimiento telúrico que dejó más de 665 fallecidos e incalculables pérdidas materiales.
En Pedernales, locales comerciales, farmacias, tiendas de víveres, bazares y uno que otro restaurante, devuelven la vida a la entrada, el malecón y la parte céntrica de ese cantón manabita. En Manta, desde hace un par de semanas se ha empezado a dar paso a la población a la zona cero, pero allí aún el comercio se resiste a resurgir.
Según Luis Sánchez, quien habita en la parroquia Tarqui, están “viviendo de la suerte”, porque asegura que mucha gente no ha recibido ayuda y continúa viviendo en carpas. Esta misma situación se vive en Portoviejo en el parque de la ciudadela Los Tamarindos, donde también hay personas que temen regresar a sus casas y han montado carpas en el espacio abierto.
El director de Gestión de Riesgo del Municipio de Manta, Eduardo Almeida, recordó que la apertura de la zona cero se aplazó luego de que la mesa de seguridad realizara un recorrido y verificara que aún había tres edificios por demoler en el lugar
El funcionario recordó que en esta zona existen edificaciones, negocios y locales que no sufrieron afectaciones, pero que carecen de servicios básicos por los trabajos que se ejecutan.
En Manta se emitieron 2.665 autorizaciones para demoliciones, de las cuales se han ejecutado 2.655 y están en proceso de derrocamiento 10 inmuebles. Actualmente se encuentran albergadas 108 familias en esta ciudad, que equivalen a un total de 364 personas en los albergues oficiales, según datos del Comité de Operaciones Emergentes (COE) cantonal.
En la zona cero de Portoviejo, el problema de las autoridades policiales y judiciales, es de seguridad, a pesar que existe presencia de militares y policiales, los saqueos continúan en varias casas y hasta dependencias públicas.