A través de un inusual mensaje leído por la secretaria de prensa de la Casa Blanca de EE.UU. Karoline Leavitt, Trump dejó en suspenso una decisión que mantiene en vilo a mercados y aliados, "No descarto acciones militares, pero primero agotaremos las opciones diplomáticas con Teherán durante estas dos semanas aunque sin garantías de éxito". 

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La ambigüedad calculada de su declaración ni cierre definitivo a la fuerza ni compromiso con la paz parece diseñada para satisfacer a las facciones opuestas dentro de su administración. El mensaje llega en un momento crítico, tras el intercambio de ataques directos sin precedentes entre Israel e Irán la semana pasada. 

En su recorrido por el dañado hospital Soroka (Bersheva) el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu reconoció públicamente el apoyo estratégico de Estados Unidos en el conflicto con Teherán.

"Los estadounidenses ya están brindando un respaldo significativo", declaró, en lo que analistas interpretan como un mensaje para calmar las presiones de sectores de su gabinete que exigen una intervención militar más directa de Washington.

Sus palabras contrastan con la retórica de días anteriores y coinciden con el llamado de la comunidad internacional a evitar una escalada, aunque Netanyahu evitó detallar si esta "ayuda" incluye inteligencia, armamento o cobertura diplomática en foros globales.

Escalada bélica: Drones israelíes atacan blancos cerca de Teherán

El ministro israelí Netanyahu empleó un lenguaje deliberadamente ambiguo al responder sobre el derrocamiento del régimen iraní: "No descartamos ese escenario, pero el cambio debe surgir del propio pueblo iraní. La historia demuestra que la libertad exige sacrificios".

Mientras tanto, el campo de batalla se expande, drones israelíes han alcanzado blancos cerca de la capital iraní según imágenes satelitales, y Teherán replica con misiles lanzados desde territorio sirio, algunos conteniendo municiones prohibida por convenios internacionales.

La comunidad internacional enfrenta un dilema, intervenir para imponer un alto al fuego (con el riesgo de legitimar acciones unilaterales) o mantener una neutralidad que podría permitir una escalada irreversible.

El Pentágono ha activado protocolos de protección para sus bases y equipos en la región. Esto incluye la reubicación de aeronaves vulnerables desde la base aérea ubicada en Qatar una de las más importantes de EE.UU. en la zona así como el desplazamiento estratégico de buques de guerra que se encontraban en el puerto de Baréin.

Como parte de los preparativos, militares estadounidense han distribuido reservas adicionales de sangre en sus instalaciones médicas regionales, una medida rutinaria cuando se anticipan operaciones de alto riesgo. 

Expertos en defensa señalan que este movimiento, junto con otros preparativos logísticos menos visibles, forma parte de los planes de contingencia estándar para garantizar la capacidad de respuesta médica inmediata en caso de que las tropas estadounidenses sufran bajas durante nuevos episodios de violencia en la región.

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