El pasado 8 de junio fue una fecha especial en el ámbito estudiantil para Mauricio Guale. Ese día, el joven de 22 años sustentó con éxito su trabajo de titulación como médico veterinario y zootecnista de la Universidad de Guayaquil.

También fue un jornada inusual para el chico, pues su exposición no la realizó frente a los miembros del tribunal conformado por autoridades y docentes de la facultad, ni en un salón especial. Lo hizo delante de una computadora.

Luego de 25 minutos de exposición virtual desde su hogar, ubicado en la provincia de Santa Elena, en la pantalla se reflejó la palabra ‘aprobado’. Ese triunfo lo celebró en la intimidad con su familia y con compañeros que en ese momento estaban atentos a través de las redes sociales.

Es la primera vez en 152 años de vida institucional que la Universidad de Guayaquil cambia la modalidad de exposición, esta vez por la emergencia sanitaria.

Son 3.051 los alumnos de 17 facultades del alma mater los que hasta el 3 de julio de 2020 expondrán sus trabajos, pues la actividad académica es obligatoria para los universitarios para la obtención de su título profesional.

Para Guale, la manera en que expuso será una de las anécdotas de su vida estudiantil.

Hasta el momento, alrededor de 100 alumnos de las facultades de Ciencias Agrarias, Ciencias Económicas, Ciencias Médicas y Odontología han logrado sustentar sus trabajos de titulación bajo esta modalidad.

El proceso garantiza la continuidad de las actividades académicas e involucra directamente a los alumnos, docentes, miembros del tribunal y al personal informático de soporte.

Por su parte, Yoryi Román, de 24 años, fue uno de los universitarios que sustentaron su tesis para obtener el título en Odontología.

Inconvenientes a superar

Como anécdota, Román comenta que debió ir desde su casa, en el suburbio de Guayaquil, hasta la Alborada, en el norte, para que una compañera le preste una computadora para sustentar, debido a que tenía problemas con la velocidad de conexión a Internet.

“A buena hora que me di cuenta, porque por la lentitud casi me quedo sin exponer”, contó el joven, quien deberá cumplir con la rural como último requisito profesional.

Yoryi esperaba un sencillo acto para su intervención, pero está consciente de que por la situación sanitaria que vive el mundo no había más opción que apostar por la tecnología.