“¡La necesidad ‘tiene cara de perro’ para los venezolanos!”. Así tituló EXTRA, exactamente hace un mes, una nota periodística en la que revelaba la situación de mendicidad que se había tomado las calles de Quito, principalmente con decenas de migrantes que, en buen número, tienen a sus hijos en las calles hasta altas horas de la noche pidiendo ayuda.

Y el problema, aunque en menor medida, se repite en ciudades como Cuenca (por la zona hotelera), Azogues, Quevedo, Babahoyo, Manta, La Libertad, Santa Elena, Guayaquil y otras más del país.

Después de observar esta situación y luego de un intenso análisis, las autoridades de Gobierno han decidido tomar cartas en el asunto y tratar de frenar el riesgo de indefensión que enfrentan decenas de niños por este problema.

Ha sido la ministra de Inclusión Económica y Social (MIES), Berenice Cordero, quien salió a advertir, directamente a los venezolanos, a lo que se enfrentan en caso continúen con dichas acciones.

“En algún momento tenemos que explicar a los ciudadanos venezolanos que, en este país, mendigar con un niño puede configurar un delito que está tipificado en el Código Penal (COIP) y que se llama trata de personas. Ese delito puede implicar una pena privativa de libertad de hasta 20 años”, sentenció la ministra al revelar que el objetivo, sobre todo, es preservar la integridad de los menores.

Cordero les hizo un llamado a los migrantes que ocupan las calles que “dejen esa actividad de lado; no se puede tener a los niños, a los bebés, en las calles expuestos, hasta altas horas de la noche”.

Según el informe de la OIM el número de venezolanos residiendo en el país incrementó de 51.442 en 2015 a 240.126 a finales de marzo 2019.

En la nota periodística publicada por EXTRA se explicaba que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) informaba que hay aproximadamente 200.000 ciudadanos venezolanos en el país, 83.500 visas concedidas y 6.000 pedidos de la condición de refugiado (hasta la fecha del reportaje, 6 de junio de 2019) aunque existe un número indeterminado en situación migratoria irregular, que es la condición en la que se encuentran estas familias, luego de ser víctimas de robos en la travesía.

Además, según el MIES, resulta difícil establecer una cifra de la cantidad de migrantes venezolanos en las ciudades del país, así como el índice de pobreza o instrucción académica, para ello se tendría que realizar un censo, el último se ejecutó en el año 2010, por lo que el siguiente debería aplicarse el siguiente año.