Los moradores de Santa María de Cotocollao, en el norte de la capital, se encuentran acorralados por la delincuencia y desprotegidos.

La mañana del sábado, Rodrigo Sáez fue testigo de un robo que ocurrió en su tienda de abastos. El hombre recuerda que los distribuidores de una marca estaban entregando un pedido, cuando ingresaron dos desconocidos armados.

“El uno tenía acento venezolano y cargaba una pistola. El otro era afrodescendiente y tenía un cuchillo. Ambos se acercaron a los distribuidores”.

Sáez se quedó pasmado y, según su versión, uno de los atacantes le dijo a él y a su familia que no les robarían a ellos. Incluso contó que a un niño que había entrado a comprar en ese momento lo apartaron para que no viera el asalto.

Los sospechosos les quitaron los celulares y el dinero a los trabajadores y huyeron del sitio en un vehículo rojo. El hecho quedó registrado en una cámara que tienen en el interior del negocio y en otra ubicada en la casa de su vecino.

Esta es la única forma con la que pueden contrarrestar a la delincuencia, según la esposa de Sáez. La mujer explicó que no existe una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) en el barrio y que tienen que acudir a un retén que está a 15 minutos de donde viven para denunciar. “Lo único que podemos hacer es darles los videos de los robos para que busquen a los delincuentes”, comentó.

Un equipo de EXTRA evidenció que no existe una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) en los barrios Santa María, Santa Ana y Libertadores. La más cercana está en La Mena del Hierro, a 15 minutos de ahí.

En el sur

El mismo día, en el sur de la ciudad, las cámaras del sector registraron otros asaltos.

En el primero se puede apreciar cómo dos sujetos golpean a un hombre que regresaba a su domicilio, en Guajaló, para quitarle sus pertenencias. La víctima intenta huir de sus agresores, pero uno de ellos lo arrojó al suelo para cumplir con su cometido.

A tres cuadras de ahí, en el barrio Plywood, otra cámara registró el momento en el que una banda de delincuentes pretendía desvalijar un auto estacionado. De repente aparece un patrullero y los pillos corrieron en diferentes direcciones. Y tras realizar un operativo por la zona, los uniformados capturaron a uno de ellos.