El desequilibrio empieza cuando la mamá se queja de su pareja porque no se involucra en el cuidado del bebé. El cansancio físico y mental hace que disminuya la libido (apetito sexual). “La lactancia aumenta los niveles de prolactina, lo que hace que haya poca producción de testosterona, progesterona y estrógenos. Es por eso que la mujer no siente ganas de tener relaciones sexuales”, afirma el terapista familiar Eiser Fernández.

Hay que tener claro que la relación sí cambia cuando llega un bebé. Sin embargo, papá y mamá deben trabajar para que no se apague la llama del amor. Convertirse en padres es una experiencia única. Debes haber ternura y para ello te toca sacar a relucir tu mejor versión.

Todo bebé necesita atenciones. Conversa con tu pareja y lleguen a varios acuerdos. El amor necesita tiempo y esfuerzo, así se mantiene una relación saludable.

Recomendaciones

- La preparación es importante. Hablen antes de que llegue el bebé y planifiquen todo lo que tenga que ver con su cuidado.

- Busquen ayuda. Si es necesario cuenten con una tercera persona. Así, es posible que tengan momentos en pareja.

- Dividan las tareas. Un reparto equitativo es ideal para que ambos estén más descansados.

- Esta etapa no es eterna, sino pasajera. Disfruten el momento.

- Algún día no muy lejano van a añorar que su hijo sea un bebé de nuevo.

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Ten presente

La nueva mamá experimenta una serie de cambios corporales y psicológicos durante y después del parto. Su cuerpo se inunda de hormonas que la vuelven muy emocional, con un estado de ánimo muy variante.

Las claves

1. Necesitas estar bien emocionalmente para poder atender tu entorno.

2. Cuando hay desequilibrios en las responsabilidades, la relación puede acabar en una ruptura. Y tu bebé no merece crecer lejos de papá o mamá.

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