De suspiro en suspiro. Así estuvieron María Pía y Rebeca Alvarado, dos hermanas fanáticas de Andrés Cepeda durante todo su concierto la noche del jueves 18 de octubre en Guayaquil.

Y es que el artista colombiano impregnó de romanticismo la atmósfera del coliseo Voltaire Paladines Polo. Ahí se evocaron recuerdos, nostalgias, amor y hasta una que otra lágrima por todos aquellos que ‘fueron y ya no serán’.

“Simplemente lo amo, melodías como Tengo ganas o Voy a extrañarte, han sido parte de mi vida amorosa”, dijo Maria Pía.

Puntual

El concierto empezó a las 20:30. Sin mayor preámbulo Andrés saltó al escenario vestido con una camisa a lunares y empezó a cantar Lo mejor que hay en mi vida y el público quedó cautivado.

El cantante hizo un recorrido musical por sus temas populares, desde sus inicios hasta los más nuevos y logró mantener atento a su público de principio a fin.

Durante su recital el artista también interactuó con sus amigos. Con Sergio Sacoto cantó No hay nada que entender, magia , y el público respondió con aplausos.

Más tarde compartió el escenario con Victoria Castillo y luego con Fanny Lu.

El colombiano sorprendió a sus fanáticos cuando dejó el escenario para cantar en medio de sus equipos de sonidos e iluminación que estaban junto a la tribuna y general. Y cantó el pasillo Sombras el cual fue coreado por todos los presentes.

Durante parte de su recital estuvo acompañado de una guitarra y una trompeta, con las le puso un tono más dramático a sus canciones.

Tras casi dos horas de show el cantante se despidió dejando a sus fanáticos complacidos. “Lo vería una y otra vez”, comentaron María Pía y Rebeca, quienes se fueron cargadas de videos de su arista favorito.