Son el dúo dinámico. Inseparables. Juntos comparten la misma afición, pasear y viajar, lo que hacen con mucho estilo.

Por eso no es raro ver a Bruno, un perro gran danés, de dos años y medio, recorrer las calles de Samborondón dentro del carrito que va adherido a la moto que conduce su amo Giovanni Noreno.

El can ama las aventuras a las que lo acostumbró Giovanni, desde que era un cachorro. Bruno nació en el hogar de la familia Norero. Fue el único macho de una camada de siete.

Desde el momento en que lo vio se enamoró del que hoy es su mejor amigo y compañero en sus viajes a la playa y a otras parte del país.

"Estaba muy pequeño, pero ya lo subía a la moto para que se vaya acostumbrando. Cuando tuvo 4 meses, lo puse dentro del carrito que era demasiado grande para él y le coloqué el techo para protegerlo", relata Norero, quien asegura que su mascota jamás intentó saltar del vehículo.

Al principio los recorridos eran dentro de la urbanización, pero cuando el perro estuvo más grande, a los 10 meses, su dueño le colocó arnés y gafas de protección para llevarlo a pasear por la zona de Samborondón, lugar donde habitan.

"Se lleva bien con todos. Le gustan mucho los niños. Cuando vamos en la moto se entretiene y él entretiene a la gente. Muchas veces, las personas que nos ven en la moto, nos pasan en sus carros para grabarlo o tomarle fotos. Todos lo saludan", dice emocionado al hablar de su perro al que quiere como si fuera su hijo.

Cuando Giovanni toma las llaves de su vehículo, Bruno es el primero en correr hasta la puerta. Reconoce el sonido y se queda esperando a que le coloquen sus accesorios para salir en busca de nuevas aventuras.

"Me lo llevo a todos lados. Estoy con él desde el 2019, pero luego vino la pandemia y prácticamente estuvimos todo ese tiempo encerrados. Luego empezamos a ir a la playa. Le encanta el mar", indica Norero, quien responsablemente decidió esterilizar a su perro color café.