Exclusivo
Buena Vida

Tiene 48 años y tres hijos. El actor vivió su fama y pagó el precio por ella.

¡Entre el cielo y el infierno de la fama!

Era menor de edad cuando empezó a ganar grandes cantidades de dinero. Sus vicios lo obligaron incluso a dormir en la calle y comer de la basura.

Tenía 12 años y la fama lo sorprendió. El actor Richard Barker, un adolescente de piel negra y muy humilde que venía del Cristo del Consuelo, al sur de Guayaquil, fue deslumbrado por el éxito y el dinero. Su vida se volvió una montaña rusa, entre el cielo y el infierno de la fama.

Todo inició en 1983, cuando conoció el teatro por medio del Taller de Arte Popular Raíces, de italianos que inyectaban dinero para que las personas de bajos recursos se instruyan.

Después de un año en este taller, le llamó la atención bailar marimba en el grupo ‘La Catanga’, con el cual participó en un concurso en Colombia, donde ganó un premio. Luego de varios meses formó parte del grupo teatral La Mueca, en donde decide presentar la obra musical latina de Rubén Blades, ‘Maestra vida’.

En el transcurso del montaje de la obra, deciden producir ‘Me la gané por Diosito santo’, una obra cómica que tenía personajes que pretendían reflejar la realidad de la sociedad ecuatoriana. Todo aquello iba haciendo que el público notara las cualidades que poseía el joven, quien asegura “vivía en una fama abrumadora”. Todo pasó muy rápido.

Llegar a las ‘grandes ligas’ en 1986 fue algo que no lo imaginó, ‘tocaba el cielo con las manos’, y es que él fue convocado por el también actor Oswaldo Segura, quien lo invitó a ser parte de la serie ‘Mis adorables entenados’, en ese tiempo una de las más sintonizadas por el público ecuatoriano. Fue transmitida por la señal de Ecuavisa desde 1989 a 1991.

Richard llegó a interpretar el personaje de Stacy Vera, uno de los más queridos por grandes y chicos. Pero, ¿cuánto le costó la fama?

Mientras la fama lo golpeaba, la droga lo hacía con más intensidad. Y es que recibir dinero cuando tienes 15 años debe ser una tarea difícil. No existía un límite para el actor.

Él no creció en casa de su madre, por lo que pasó a vivir con su tía. Recuerda que eran tan pobres que debían compartir un solo par de zapatos con otras personas, “tenía que esperar un día a la semana para ponerme los zapatos, entonces los lavaba el día que me tocaba. No tenías nada de dinero y vivíamos en una extrema pobreza, por eso cuando me caigo ya sé cuál es el camino para levantarme”.

Luego de vivir en el barrio Cristo del Consuelo se mudó a Bálsamos y Ficus, lo cual significó un cambio radical de estrato social, en donde alquiló un departamento muy cómodo e incluso obtuvo su primer carro, “todo me pasó de un bofetón. Tenía fama y dinero y todo mundo me decía en la calle Stacy. Yo quería el último modelo de carro”.

Empezó bebiendo durante 3 y 5 días, pero después aumentó y pasaba con el alcohol aproximadamente 15 días. Ya esta bebida no era suficiente para calmar el desorden del animador y buscó drogas.

“El alcohol es una de las drogas que más te mata”, añadió.

Un personaje conocido, del cual no revela su nombre, fue el que le hizo probar por primera vez la cocaína, “mi primera sensación fue sentirme fuerte. Me sentía el supermacho, que no importaba nada”.

Su desenfreno

Se casó a los 19 años cuando estaba borracho y drogado, incluso fue detenido por vigilantes ese día cuando se transportaba con los regalos de la fiesta a su casa, donde lo esperaba su entonces esposa.

Se desapareció por 15 días el mismo día de la ceremonia y cuando volvió a verla, se encontró una nota que decía, “por favor, devuélveme al Richard que yo conocía”.

Luego de aquel episodio su vida se descontroló.

“Comí en la basura por obtener la droga. Llegaba a dormir en las calles y a pesar de que ganaba dinero actuando, no tenía ni un centavo porque todo era para el vicio”, contó.

De los episodios que más marcaron su pasado, fue el día que nació su primera hija y acudió a conocerla. La bebé estaba en una incubadora, pero no la reconocía porque estaba tan ebrio para eso.

Su recuperación

Él ‘tocó fondo’ y actualmente lleva 23 años rehabilitado. Siempre trata de sonreírle a la vida, de ponerle alegría a todos sus problemas.

No cambiaría nada de lo vivido porque, pese a todo, tiene recuerdos hermosos grabados en su corazón, así como momentos en los que ha tenido que reflexionar sobre lo que le pasa.

A sus 48 años perdió a dos de sus hermanos: Samuel y Lourdes, ambos a causa de cáncer y en menos de dos años. Él ha reconocido que todo pasa por algo y este momento duro de su vida lo obliga a realizarse exámenes para prevenir alguna enfermedad o estar más alerta en su salud, “todo lo que ocurre en tu vida es necesario”, contó con una sonrisa.

El artista adquirió múltiples deudas por diversos motivos, por lo cual montó su carreta de Perlita Fast Food, recalcando que su meta es abrir más sucursales. No quiso revelar el monto total, pero dijo que tuvo que vender su auto para cubrir parte de la extensa deuda.

Ante las situaciones de emprendimiento tiene un lema “el que no arriesga un huevo, no gana un pollo” y es por esta razón que decide salir de la zona de confort y emprender en Los Esteros, al sur porteño.

Richard recalca que el emprendedor es aquel que da una milla más que los demás y eso hizo. Desde entonces se coloca su mandil, prende la estufa y ayuda en el negocio de venta de comida rápida. Prepara hamburguesas, tacos, salchipapas y papipollo. Y todo, asegura él, lo hace con esfuerzo y amor.

Su talón de Aquiles

Cuando habla de sus hijos se convierte en otra persona. Las lágrimas caen y su voz se quiebra cuando se refiere a sus tres retoños.

Joselyn, 24; Matías, 20, y Sebastián, 19, son el principal motor día a día y a pesar de sus edades, “ellos siguen siendo mis bebés”, agregó entre risas.

“Cuando yo me separé de Maribel me quedé con ellos hasta los 18 años. Luego que me volví a comprometer se fueron a vivir con su madre, quien es una excelente persona, pero por lo regular siempre pasaban conmigo. “Mi nuevo hogar se desbarató y preferí dejarlos bajo el cuidado de ella”.

Sus hijos le recuerdan que todo es posible.

Actualmente volvió al espacio ‘De casa en casa’, donde contagia con su humor disfrazado de Perlita Perol, poniéndole el toque cada mañana a los televidentes que no se han perdido su paso por el duro camino de la fama.