Se llama Fanteasia. “Me inspiré en la intimidad, en lo subjetivo, en el universo que existe dentro de un orgasmo”, explicó el arquitecto Felipe Escudero, ganador de la propuesta de habitación Tantra Design, que se presentó en el Valle de los Chillos, en Quito. 

Junto a él participaron otros nueve arquitectos de las mejores firmas del país. La propuesta era la misma para todos: crear una habitación para un “love hotel” de alta gama que permitiera recuperar los lazos afectivos y el deseo.

“La idea era que los participantes implementaran diseños que despertaran las emociones y potenciaran los sentidos a través de olores, imágenes y más”, explicó un vocero.

Es así que el centenar de personas que acudieron a la inauguración de la propuesta pudieron recorrer los distintos espacios, cada uno con una inspiración distinta.

Para la arquitecta Catherine González, por ejemplo, esta se basó en la obra ‘peces dorados’ del pintor Gustav Klimt. “La obra fue un potente reclamo a la mojigatería de la sexualidad y lo que quería era trasladar esa sensación al arte y al diseño”, estableció.

Las habitaciones, con nombre como ‘Cubik’, ‘Kisses’, ‘Limite’ y ‘Addictive’ también intercalaban el espacio con el juego erótico. Lo que explicó Escudero como un intento de “resaltar la importancia de la sexualidad en la naturaleza humana, sin prejuicios”.

Como premio, el joven arquitecto recibió un viaje a Tokio, Japón, considerada la capital de los “love hotels”.