Cambian asignaturas por películas; aulas por los centros comerciales, parques, casas o sencillamente andan ‘pajareando’ por las calles. Se hacen la ‘pava’ y ‘amagan’ que van a clases, pero cogen otro rumbo.

¿Qué lleva a los chicos a ‘sacársela’? Comúnmente tiene que ver con la tendencia a desafiar los límites y la autoridad, sostiene la psicóloga clínica Eliana Rodríguez.

Su colega Jorge Flores considera que es una forma de escaparse de una realidad dura, como ser observador de violencia intrafamiliar; otros lo hacen porque buscan experiencias nuevas, siempre con amigos. Hay quienes desean ser el centro de atención o quieren ser etiquetados por sus ‘profes’ como el chico ‘fugitivo’.

“La mala elección de una especialidad motiva a que no le agrade o a lo mejor tenía otra expectativa y por eso decide no ir. También las influencias negativas de sus compañeros, que por lo general los llevan a inmiscuirse en riesgos psicosociales (drogas, embarazos, delincuencia juvenil u otros)”, dice el especialista.

Básicamente ellos toman decisiones basadas en su propio sentir y deseo. No necesariamente para hacer actos de malicia, sino para encontrar distracción, relajación, espacios donde no se les imponga o exija”, indica la psicóloga.

Ser vago o aplicado no establece el problema, lo determinará su estado emocional y vulnerabilidad propiamente dicha. “Son chicos que atraviesan crisis existenciales, pueden o no ser introvertidos, presentan déficit de atención en el aula”, menciona Flores.

El estudiante pierde...

La experta sugiere que el alumno reflexione sobre las consecuencias y tome decisiones, porque es el perjudicado, pues desperdicia tiempo, conocimiento, dinero. Con la inseguridad que vive el país, el chico puede ser víctima de la delincuencia. “Puede hasta perder la vida, lo más preciado, que no puede restituirse”, precisa la experta. 

Racionales vs. ansiosos

¿Qué haría si se entera que su hijo es ‘pavero’? Se dan algunas reacciones en los padres de familia, pero hay dos muy marcadas.

La primera es hacerle entender a los vástagos los peligros que conlleva no asistir a clases, tanto académicamente como en su integridad física. Los progenitores racionales tomarían esta postura.

Sin embargo, hay otros que recurrirían al maltrato físico y verbal. “Los que actúan así son padres que no saben manejar bien su ansiedad”, concluye Flores. 

EXTRAtips

1. Comunicación con tus hijos. Así podrás entender los sentimientos de tu vástago, qué hace que no quiera estar dentro del salón (bullying, no le entiende al ‘profe’, es algún problema dentro de casa, etc.).

2. Crea vínculos de confianza y ten paciencia para escucharlos.  No los juzgues y menos si en tu tiempo... también te hiciste la ‘pava’.

3. Hazle entender que siempre indique dónde y con quién está. Que esto no suene a amenaza, que vea que es un consejo para su bienestar. De esta forma demuestras cuánto te interesa y lo amas. Ayúdalo a entender que corre gran peligro cuando se desconoce su paradero.

4. Permanece en contacto con la institución educativa. Que sea constante la comunicación; asiste a las reuniones que realiza el plantel, las autoridades te informarán cualquier tipo de eventualidad.

5. Su estudio, su futuro. Si son muy frecuentes las escapadas que se pega tu hijo, déjale muy claro que si no estudia o no termina una carrera, no podrá tener un buen trabajo ni muchas oportunidades para crecer y darle una mejor calidad de vida a su familia.