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¿Sexo con dolor? Así afecta la dispareunia la vida sexual femenina
Esta molestia durante la penetración se llama dispareunia y de acuerdo a la revista especializada Obstetrics, Gynaecology and Reproductive Medicine, “puede afectar significativamente la calidad de vida y causar dificultades en la relación”.
El sexo puede ser una experiencia placentera; pero también podría resultar en una muy dolorosa. En el caso de las mujeres, molestias como la dispareunia pueden hacer de las relaciones que involucran penetración todo menos satisfactorias.
De acuerdo a la revista especializada Obstetrics, Gynaecology and Reproductive Medicine, esta condición “puede afectar significativamente la calidad de vida y causar dificultades en la relación”. Incluso puede llegar a generar miedo a mantener relaciones íntimas.
Diagnosticarla puede ser una tarea difícil. El dolor está presente, pero su origen no siempre es por la misma causa. La revista clínica española El Sevier señala en una investigación que las múltiples causas del dolor coital se resumen en:
–Causas biológicas: déficit de hormonas sexuales, distrofia vulvovaginal, vulvovaginitis, suelo pélvico hiperactivo, vulvodinia/vulvovestibulitis, posquirúrgica/cicatrices, dermatosis, endometriosis, enfermedad inflamatoria pélvica, dolor pélvico crónico.
–Causas psicológicas: problemas intrapersonales (fobias, ansiedad, hostilidad, psiconeursis, depresión), juegos preliminares, inexperiencia).
–Causas socioculturales: normas sexuales, falta de habilidades eróticas, modificaciones genitales basadas en la cultura (mutilación).
El temor y la duda influyen
La sexóloga y psicóloga Ana Belén Rodríguez, citada por El País, explica que cuando la causa es psicológica o sexológica, “el origen suele estar en miedos que se anticipan a la penetración”.
En este momento pueden surgir preguntas tales como ¿lograré que mi pareja disfrute?, ¿cumpliré las expectativas?, ¿sentiré dolor?, entre otras. La experta señala que para eliminar esta condición de temor “se usan técnicas de relajación y manejo emocional de pensamientos negativos asociados”.
Además se suman ejercicios de tensión del suelo pélvico realizando ejercicios de Kegel. Estos consisten en apretar los músculos usados para contener la orina durante dos o tres segundos y después se sueltan.
Otro factor que podría no ser considerado también aparece en el horizonte: la falta real de excitación. Aunque suene contradictorio, debido a que lo normal es sentirla, suele no ser así.
Para estos casos la sexóloga sugiere “favorecer al máximo la estimulación previa. Esto se logra conociéndose así misma y sabiendo lo que realmente le excita, cuáles son sus zonas erógenas, sus fantasías, etcétera”.
Esto contribuirá a sentir menor tensión y menor oportunidad a que los temores e inseguridades salgan a flote, según Rodríguez.
La académica también menciona que otra ayuda es “considerar el lubricante como el mejor aliado”. ¿La razón? Se cree que el lubricantes es solo para la etapa de la menopausia o cuando se está excitada, pero la sexóloga acota que esta sustancia “siempre favorece unas mejores relaciones sexuales”.
Evitando estos episodios
En la misma investigación de El Sevier concluye entre sus recomendaciones que los exámenes son necesarios. Además hay que evitar el sexo de entrada, solo juegos sexuales sin penetración, hay que pasar del dolor a sensaciones agradables y el orgasmo.
De igual manera sugieren realizar un tratamiento psicosexual para expresar los sentimientos, quitar miedos, y administrar antidepresivos de ser necesarios.
Por su parte Rodríguez cree que también es buen momento dar un cambio a la vida sexual y “evitar centrarnos solo en la penetración para dar más juego a otras prácticas igual o incluso más placenteras”.
“Probar diferentes posturas para que la penetración sea más cómoda. Generalmente aquellas en las que la mujer pueda controlar mejor los movimientos, lo que le otorgará mayor seguridad de poder evitar la sensación de dolor”, señala.