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Anthony vive con su madre y hace ya más de tres años que no ve a su padre.Amelia Andrade

Su lucha inició fuera del ring

El boxeador Anthony Reasco reveló detalles sobre el proceso que le significó entrar a este deporte. “Antes lavaba carros y limpiaba vidrios en los semáforos”, contó sin temor.

Su imponente apariencia queda nada más en la primera impresión, o por lo menos, cuando no está dentro del ring de boxeo. Cuando se le pregunta por su historia de vida, sonríe en cada frase que emite, sin temor a revelar detalles que en algún momento pudieron descarrilarlo. Actualmente, luego de tres años en el deporte, se prepara para su primera competencia internacional juvenil.

Anthony Reasco, púgil guayaquileño de 17 años, advierte un futuro lleno de logros en cada pelea que afronta. Y, a pesar de que ingresó a esta disciplina por casualidad, se muestra agradecido por la oportunidad que tuvo para alejarse de las calles.

“Por varios años viví muchas cosas malas, delincuencia, consumo, disparos. Mi vida cambió para bien desde que empecé a entrenar”, manifestó la Rata, sin antes explicar el porqué de su sobrenombre.

Desde pequeño le comenzaron a decir así y en la Isla Trinitaria se escucha aquel apodo cada vez que él pasa. “Creo que es porque yo acostumbraba a subirme en la parte trasera de las tricimotos, iba pegado y parecía una ratita”, detalló con una risa continua.

Antes de llegar el boxeo, Anthony jugaba fútbol con el extinto River Ecuador y tenía muy poco tiempo para sus demás responsabilidades. “Descuidé mucho el estudio, no era constante. Son cosas que actualmente ya pude nivelar”, destacó.

Dentro de ese periodo como futbolista priorizaba el trabajo durante sus ratos libres. Y, sin temor alguno, confesó que acudía hasta los semáforos de la avenida 25 de Julio, sur del Puerto Principal, para limpiar vidrios de carros en cada luz roja.

Parece, pero no es

El físico que posee la Rata evidencia mucha preparación y, como es de esperarse, las personas dudan de que él tenga apenas 17 años. “Eso me pasa muchísimo, dicen que soy creado”, agregó.

Reasco, a diferencia del resto, asimila dichos comentarios a manera de broma. “Tanto me pasa que hasta yo mismo lo empiezo a dudar. A veces voy donde mi mamá y le pido que me diga si es que en realidad tengo 20 años”, dijo mientras ríe a carcajadas.

Según continúa el relato, su madre, de inmediato le respondió: “¿Qué te pasa? Tú tienes 17, tu edad completa. Naciste el 13 de enero del 2001”. “Luego de que me dice eso me tranquilizo”, acotó el joven.

La señora, además de darle seguridad, se preocupa tanto en cada combate que afronta su hijo, tanto que prefiere no asistir. “Le incomoda cuando le doy detalles sobre las peleas. A veces le digo que noqueé a alguien y ella solo se sorprende y me dice que un día va a salir uno más grande que yo”, relató la Rata, quien se limita a hacerle entender a su madre que todo es muy normal en este deporte.

Camino a la gloria

Ahora, Reasco intensificó sus jornadas de entrenamiento a un mes de viajar hacia Colorado, Estados Unidos, para competir en el Campeonato Continental Juvenil de Box.

“La gente me apoyó y les agradezco mucho, con eso estoy más comprometido porque su ayuda significa que confían en mis capacidades”, manifestó Anthony, luego de conseguir los 2.000 dólares que necesitaba para asegurar su viaje y estadía en la competición.

Su motivación está a tope, y la de su entrenador, Yecson ‘El Destructor’ Preciado, también.

La cuenta regresiva para su viaje ya empezó y, consciente de que los rivales que enfrentará serán de gran nivel, se mantiene entrenando con boxeadores de 23 años. “Los gringos son altos, por eso debo ir acostumbrándome. Tengo que dejar en alto el nombre de mi escuela (Trinibox) y dejar en alto el lugar de donde salí (Isla Trinitaria)”, finalizó.

La pelea callejera que terminó por convencerlo

“Un día tuve una pelea con un chico que insultó a mi madre”, inició narrando Anthony sobre el conflicto que lo cambió todo.

Aquel joven que le había faltado el respeto ya entrenaba boxeo en la escuela de El Destructor Preciado, sin embargo, ese factor no intimidó a la Rata y decidió confrontarlo.

“Yo lo cogí solito y ahí sí nos dimos de puñete y hasta piedras nos lanzamos”, narró Reasco. Luego de ese momento, Preciado se le acercó para decirle que esa victoria no se repetiría si se enfrentaban dentro del ring.

Al final, el profe convenció a Anthony y, luego de ocho meses de entrenamiento, empezó a ganar combates en Juegos Nacionales. “Ahora soy campeón nacional”, concluyó la Rata.