Barcelona SC se impuso por 2-0 ante Emelec en el Clásico del Astillero. El protagonista fue Octavio Rivero, autor de un doblete.

El resultado trae días de tranquilidad para el equipo dirigido por Segundo Castillo, al menos hasta el próximo viernes, cuando deberán recibir al Deportivo Cuenca.

Sin embargo, más allá de la euforia por la victoria, el cuerpo técnico sabe que todavía hay aspectos por corregir, y nada mejor que hacerlo ganando, como suele repetirse en el fútbol.

Una de las decisiones más comentadas del encuentro fue la apuesta de Castillo por un doble 9, alineando a Rivero junto a Felipe Caicedo, una dupla que parecía improbable al inicio de la temporada. Pero ante Emelec tuvo recompensa.

La presencia física de Caicedo generó estragos en la defensa rival. En el primer gol, su corpulencia atrajo a dos zagueros que intentaron contenerlo, dejando a Rivero con espacio para definir con precisión. “Era un Clásico, sabíamos que sería un partido cerrado. Jugar hoy con dos delanteros nos ayudó a generar espacios en el rival”, explicó Segundo Castillo tras el compromiso.

Esa fórmula puede darle resultados y hasta tener a Janner Corozo como un buen abastecedor.

Ajustes en defensa que necesita Barcelona SC

A pesar del triunfo, Barcelona no puede descuidar su zona baja. Ha recibido 13 goles en 12 partidos, promediando más de uno por encuentro. En el Clásico, el equipo canario mantuvo el arco en cero, pero en gran parte gracias a la falta de efectividad de Facundo Castelli y Jaime Ayoví, quienes no estuvieron finos de cara al gol.

Emelec, a pesar de no contar con el mejor medio campo del torneo, logró generar ocasiones claras. La defensa amarilla mostró algunas descoordinaciones, sobre todo por los costados, una zona que los rivales suelen aprovechar con frecuencia. Allí está el reto de Castillo: consolidar una línea defensiva más sólida sin perder la agresividad ofensiva.

Una de las noticias menos alentadoras para Barcelona es la lesión del arquero José Contreras, quien sufrió una rotura del tendón del aductor izquierdo. El venezolano fue operado y comenzará pronto su fase de rehabilitación.

En su lugar, Ignacio de Arruabarrena tomó la posta y cumplió en el Clásico. El uruguayo, conocido por su liderazgo y constante comunicación con la defensa, aporta un estilo diferente al de Contreras.

Ese perfil y su gusto por el orden en la zaga será clave para mejorar el trabajo defensivo en los próximos compromisos.

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