Lo que pasó en Ecuador con Carlo Ancelotti nadie se lo imaginó. El DT campeón de todo —y no exageramos, de todo— aterrizó en nuestra tierrita después de 32 años, (estuvo en la Copa América 1993) y lo que dejó fue escuela… pero no de táctica, sino de humildad.

Sí, el que dirigió al Real Madrid, que ha levantado más copas que un bartender en Año Nuevo, llegó sin poses, sin guardaespaldas, sin ese airecito de “yo soy”, y se paró firme, tranquilo, con una sonrisa que vale más que mil PowerPoints.

Esto fue lo que pasó con el profesor

Todo comenzó en una rueda de prensa que parecía normal, pero que terminó siendo historia. El periodista Juan Francisco Rueda, de VitoTVo, con toda la decencia del mundo le lanza:

"Profesor, ¿qué tal cómo le va? Soy Juan Francisco Rueda de VitoTVo, profesor."

Y lo que vino fue un momento de oro, de esos que no necesitan VAR para decir que fue golazo:

"Gracias por lo del profesor, hermano. Cuando me llaman profesor, me encanta."

¡Pum! Así, sin filtro, sin guión, sin necesidad de poner carita seria o decir de dónde se graduó. Y eso, señores, ha dado la vuelta al mundo.

Porque mientras otros se ofenden si no les dicen “director técnico licenciado en bla bla bla”, el viejo Carletto se sintió en casa, como si estuviera en una picantería de Guayaquil o tomando un cafecito en Loja.

Los videos se hicieron virales, más que un challenge de TikTok, comparando su sencillez con la de otros entrenadores que se creen semidioses del fútbol. Y mientras algunos piden respeto por títulos académicos, Ancelotti se ganó el corazón del pueblo con una sola palabra: hermano.

Ah, y por si acaso, el profe también se llevó un empate 0-0 en las Eliminatorias. Pero ni eso le quitó el brillo.

Así que ya saben, cuando vean al “profesor Ancelotti” no solo vean títulos… vean clase. De la que no se compra, de la que se respira.

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