El exjugador Carlos Tenorio llegó en cero a Liga de Quito, con la ilusión de hacer una carrera como futbolista, y encontró en Rodrigo Paz la persona que le dio las luces deportivas, sociales y hasta económicas para triunfar.

Para Carlitos, como lo llamaba Paz, don Rodrigo no fue un directivo, fue un padre.

“Gracias a Dios pude aprovechar y sacar ventaja de su calidad de ser humano. Dio todo en el ámbito deportivo y social. Para mí fue un guiador, me ayudó muchísimo, es como mi papá y ahora que ya no está uno se queda tranquilo por todo lo que dio, porque lo entregó todo”, explica el actual presidente de la Asociación Ecuatoriana de Futbolistas.

Y con la voz un tanto quebrada, resalta que “la ley de la vida dice que solo debemos pasar por aquí, pero don Rodrigo es eterno, por todo lo que hizo y nos dejó”.