El 5 de agosto de 2021 marcó un punto de quiebre en la historia moderna del FC Barcelona. Ese día se oficializó la salida de Lionel Messi, ícono indiscutido del club, quien no pudo renovar su contrato debido a las restricciones económicas impuestas por La Liga, a pesar de que existía un acuerdo previo entre las partes. Así, el astro argentino dejó el club de su vida tras 21 años, 672 goles y 41 títulos, para emprender una nueva etapa en el Paris Saint-Germain.

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Pero la partida de Messi no solo significó un golpe deportivo. Fue, sobre todo, el reflejo de un colapso económico sin precedentes. El Barça enfrentaba una deuda que rozaba los 1.500 millones de dólares y una masa salarial que superaba con creces sus ingresos.

Esta situación llevó a la dirigencia, encabezada por Joan Laporta —quien había asumido nuevamente la presidencia en marzo de ese año— a tomar decisiones drásticas: vender o ceder futbolistas, reducir plantilla y activar mecanismos financieros extraordinarios, conocidos como “palancas”, para obtener liquidez inmediata.

La temporada 2021‑22, la primera sin Messi, fue turbulenta. Con Ronald Koeman al mando, el equipo mostró una imagen irregular y fue cayendo en la tabla hasta que el neerlandés fue destituido en octubre. 

Su reemplazo fue Xavi Hernández, referente del club, quien asumió el reto de reordenar el vestuario y reconstruir el estilo. Bajo su mando, el Barcelona pasó del noveno al segundo puesto en LaLiga, aunque sin levantar títulos.

En la Champions League, el equipo quedó eliminado en la fase de grupos y tuvo que conformarse con disputar la Europa League, donde fue eliminado en cuartos de final. Era evidente que la transición apenas comenzaba.

Xavi impulsa el resurgir

Con una base más sólida y Xavi ya consolidado como entrenador, el curso 2022‑23 marcó el regreso del Barcelona al protagonismo. El club conquistó la Supercopa de España con un contundente 3‑1 sobre el Real Madrid y se proclamó campeón de LaLiga con varias jornadas de anticipación. Uno de los pilares fue Robert Lewandowski, fichaje clave que aportó goles, experiencia y liderazgo.

Para la temporada 2023‑24, el proyecto siguió madurando, esta vez sin referentes históricos como Sergio Busquets, Gerard Piqué y Jordi Alba. En la Champions, el Barça logró avanzar a octavos de final después de tres años, pero fue eliminado en cuartos por el PSG. Tampoco logró títulos nacionales: quedó segundo en La Liga y fue eliminado en Copa del Rey y Supercopa.

El efecto Flick y un Barça renovado

En el verano de 2024, el club tomó una decisión estratégica: fichó al técnico alemán Hansi Flick, reconocido por su mentalidad ofensiva y su éxito con el Bayern Múnich. Su llegada tuvo un efecto inmediato. El equipo no solo desplegó un fútbol vistoso y agresivo, sino que dominó con autoridad al Real Madrid en los Clásicos de la temporada.

Bajo su dirección, el FC Barcelona ganó la Supercopa de España con una goleada 5‑2 sobre el Madrid, se coronó campeón de la Copa del Rey tras vencer nuevamente a su eterno rival, y aseguró LaLiga con varias fechas de antelación. En Champions, se quedó a las puertas de la final tras un emocionante cruce contra el Inter que terminó 7‑6 en el global.

Este renacer coincidió con la consolidación de Lamine Yamal, la joya de 17 años que ha empezado a romper récords precoces, incluso por delante de los que firmó Messi en sus primeros años. Su talento desbordante y su desparpajo lo han convertido en el símbolo del nuevo Barça, que apuesta por una fórmula combinada de cantera y fichajes puntuales.

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