Lo que vivió como jugador, ahora lo sufre como exfutbolista y, a veces, hasta llora por su forma de ser.

Estuvo en la selección, mucha gente pensó que era creído, otros decían que era ‘mudo’... en fin, se dijeron muchas cosas.

Lo único cierto es que era demasiado tímido y más cuando le ponían un micrófono o una cámara al frente, no sabía qué decir. Al inicio, en una entrevista, habló incoherencias, sus amigos lo escucharon y eso le marcó la vida.

Por este bochorno prometió nunca más dialogar con la prensa, y lo cumplió.

Pocos saben de esa gran lucha que tenía para que le salgan las palabras ante la gente. Lo bueno de todo esto es que nunca fue infiel, era recontra tímido, y por eso le declaré mi amor. Nos casamos y somos súper felices.

Uno de los momentos que jamás olvidaré eran las largas horas de entrenamiento que tenía. Me tocó hacer de periodista, escuchaba todos los programas de radio solo para copiar las preguntas y luego se las hacía a mi esposo.

Usaba una cuchara o lápiz de labio como micrófono para simular una entrevista, pero mi amorcito se me bloqueaba, no articulaba ninguna palabra.

Transcurrieron cinco largos años con esta situación. Un día decidimos buscar ayuda con un psicólogo, pero la solución solo estaba en manos de mi marido.

En conclusión, él nunca aprendió a hablar ante las cámaras y por eso no daba entrevistas.

Se quedó encasillado como un jugador creído e intratable. Su timidez era del tamaño del Monumental. Ahora que está retirado del fútbol se lamenta por esa forma de ser, de las veces que le rogaron por las entrevistas. Y en estos tiempos nadie le para bola ya.