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Ecuador vs Brasil: los efectos de la altura que aún inquietan a los pentacampeones
Qué es mejor ante los garotos: ¿la altura o la “bajura”? Y los brasileños pescaron un punto
Marzo 28 de 2001. Un solazo afroandino desparrama candela en el cuartel de invierno del Atahualpa de Quito. Antes del inicio del segundo tiempo, camino a ubicarse en cancha, Romario de Souza le menta la madre a uno de los pasabolas.
El pasabolas -animado por este servidor- le cruzó al astro y el goleador le mandó a pastar chivos. No olvidé ese episodio y el desempeño de Romario: ahorraba energía en cada suspiro, para descargarla en sus letales embestidas; anuladas por Pancho Cevallos.

Un león viejo cazando antílopes: Romario no corría, salvo cuando olfateaba, los pases tenían carne de gol. Los brasileños le tienen terror a la altura de Quito, nos consta. La FEF decidió jugar, el último desafío, a los 4 msnm del Monumental de Barcelona.
Becaccece dijo que era el momento de hacer historia. El empate, no alcanzó. ¿Ganar a los reyes del fútbol, sin delanteros? La Tri, especialmente en el segundo tiempo, superó a los rivales, pero no ganó. Brasil jugó como en Ipanema: por agotamiento, al menos, no saldrían perdedores.
Hasta don Ancelotti dice lo mismo
El DT italiano dijo que, en altura, la película es otra y que la sintió en 1993, cuando vino a ver la Copa América. Para suerte de don Beca, los brasileños llegaron con pocas horas al mando del nuevo jefe; que no despejó el cuestionado desempeño.
Para un humano criado a metritos sobre el nivel del mar, trepar donde las nubes hacen la siesta, es un castigo: pasados 15 minutos del segundo tiempo, les pesa el alma. No olvidar la forma en que el explosivo El Nacional reventaba a los más pintados: pica, agota, desgasta, corre, centra y emboca.

Los números sí dan la altura
Don Beca, la historia se quebró en 2001, en Quito: tras surfeada en el área de Iván Kaviedez, el Tin Delgado derrotó al portero Ceni. En 2004 la misma dosis y dos empates en 2009 y 2022; en 2016, con nubes y todo, los brasileños nos dieron de a tres.
El capitán César Benalcázar, es un científico. A Agencia EFE dijo que, en altura, el llanero pierde condiciones en un 28%. “Por cada mil metros que sube, pierde su físico en un 10%”. El DT Jorge Célico, concluye. “Es un aliado, si hay un buen equipo”. Esa es la cuestión, diría Sherlock Holmes.